Sacerdotes y católicos han recibido un sorprendente whatsapp a primerísima hora de esta mañana, cuando muchos se preparaban para acudir al Rosario de la Aurora, y se han preguntado si se trataba de una 'fake news'. Pero los obispos de Burgos, Vitoria y Bilbao ya sabían que no. El arzobispo Mario Iceta abrió el pasado 24 de abril una investigación previa conjunta, que ha sido aprobada por la Santa Sede, ante la posible comisión de un delito de cisma, recogido en el Derecho Canónico, por la comunidad de clarisas de Belorado y Orduña.
Las sospechas fueron comunicadas a Iceta por la responsable de la provincia de Cantabria de las Hermanas Clarisas y del convento de Castil de Lences, del que dependen las religiosas investigadas. Según los datos facilitados por la Diócesis de Burgos esta mañana, en la rocambolesca historia se entremezclan problemas económicos, que no han permitido cumplir a las Clarisas de Belorado con los pagos comprometidos a sus compañeras de Vitoria al comprar el monasterio de Orduña; el inminente cambio de abadesa, puesto que la actual responsable ya no puede repetir más mandatos; y la influencia de terceras personas entre las que se encuentra Pablo de Rojas, excomulgado por el propio Iceta cuando era obispo de Bilbao en 2019 y líder de un grupo denominado como Pía Unión de San Pablo Apóstol, que se considera a sí mismo la verdadera iglesia de Cristo y se refiere a los sacerdotes y obispos de la Católica como "herejes y usurpadores", sin reconocer ningún papa desde Juan XXIII hasta Francisco.
Esta tarde está prevista una misa en el Monasterio de Santa Clara de Belorado que podría suponer la confirmación del cisma, puesto que las hermanas han pedido que no sea oficiada por el capellán, sino que lo hará un tal José, supuestamente ayudante directo de Pablo de Rojas. Desde el Arzobispado exhortan a todos los fieles a que se abstengan de participar en ningún acto litúrgico realizado en este convento o en el de Orduña, si bien mantienen la mano tendida a las religiosas para que reconsideren su postura dialoguen y vuelvan al seno de la Iglesia católica.
En Orduña la última misa oficiada por un sacerdote de la Iglesia Conciliar se celebró el sábado. Después, le comunicaron al capellán que no acudiera más y al día siguiente cerraron una comunidad "flotante o volante", según la ha denominado Manuel Gómez-Tavira, vicario episcopal para la vida consagrada de Vitoria. Este ha comparecido junto a Iceta y a Donato Miguel Gómez Arce, vicario judicial de Burgos, y Amadeo Alonso Arribas, delegado episcopal para la Vida Consagrada de Burgos y el sacerdote que más contacto directo ha tenido con unas religiosas a las que todos han definido como "contentas y agradecidas".
La polémica compraventa. El arzobispo Mario Iceta ha comparecido acompañado de otros responsables de la Diócesis de Burgos y la de Vitoria, y ha negado tener conocimiento de varios de los aspectos que le achaca sor Isabel en el comunicado, que se centra en la venta del monasterio de Derio, vacío desde hace años, y la compra del de Orduña. "No sé nada de este tema, ni cuando se compró ni cuando se quiere vender", ha afirmado el arzobispo de Burgos, que sí ha podido hablar esta mañana por teléfono con una de las hermanas de Belorado tras recibir el incendiario comunicado.
Según la versión de la Diócesis, la comunidad procedente de Derio se estableció en Orduña en 2020, año en el que la comunidad de Belorado firmó con la de Vitoria un acuerdo de compra-venta por 1,2 millones de euros, con una mora de dos años. En ese momento, entregaron 100.00 euros y se comprometieron a realizar pagos semestrales de 75.000 euros, el primero de ellos a fecha 1 de noviembre de 2022. Sin embargo, no han abonado ninguno de ellos, por lo que la comunidad alavesa le citó ante un notario para rescindir el contrato de compraventa.
"En la notaría, Sor Isabel (la abadesa), acompañada por Sor Paz y Sor Sión (otras dos monjas de Belorado), entrega un pliego reclamando 1.600.000 euros como pago por el importe de las obras realizadas por su comunidad en el Monasterio de Orduña y un 30% por daños y perjuicios. Al no aceptar Sor Isabel la rescisión del contrato, lleva el asunto a instancias judiciales", explica la Diócesis de Burgos.
Con respecto al otro inmueble en cuestión, el monasterio de Derio, "a principios de marzo de 2024, Sor Isabel manifiesta tener un benefactor que comprará y pondrá a nombre del propio benefactor el Monasterio, llegarán a un acuerdo de uso y lo revenderán a la comunidad de Belorado cuando obtengan el importe procedente de la venta" del convento, que llevaba en el mercado varios años. "Con el fin de conocer el nombre de quién compra el Monasterio, ante las sospechas de que esa persona era ajena a la Iglesia Católica, el obispo de Vitoria y su vicario para la vida consagrada, se desplazan el 21 de marzo de 2024 a Orduña, donde Sor Miriam les indica que Sor Isabel está en Belorado. Trasladándose a Belorado, les comunican que Sor Isabel no puede recibirles y son recibidas en el torno por la vicaria, Sor Paz y la cuarta discreta, Sor Sión. Preguntan nuevamente quién es el comprador y les responden que solo lo sabe Sor Isabel, manteniendo un mutismo absoluto sobre el tema, sin resolver hasta el día de hoy", concluyen desde la Archidiócesis de Burgos.
No obstante, el arzobispo de Burgos ha remarcado que "en las transacciones de monasterio a monasterio los arzobispados y obispados no tienen nada que ver", aunque sí se les pide su parecer.
Un cambio inminente de mando. Sor Isabel de la Trinidad lleva décadas como abadesa de la comunidad de clarisas de Belorado. Pero ya no puede continuar al frente. "Ha agotado todas las posibilidades", ha recalcado Iceta, para añadir que ya en el último mandato hubo que solicitar autorización a Roma.
El delegado episcopal para la vida consagrada había pactado con ella en una conversación telefónica el 29 de mayo como fecha para la elección de nueva abadesa. Sin embargo, Amadeo Alonso ha negado que la perspectiva de relevo haya generado tensiones internas entre las religiosas ni en la afectada, que "no manifestó ningún tipo de problema o inquietud" al respecto.
Sin embargo, llama la atención que desde hace meses sor Isabel de la Trinidad evite cualquier encuentro en persona con los responsables eclesiásticos, incluidos los obispos. Hoy tampoco ha querido atender al teléfono a Mario Iceta, que ha tenido que hablar con la vicaria, quien le ha confirmado que toda la comunidad respalda el comunicado firmado por su abadesa.
Un documento que no ha sido remitido oficialmente a la Diócesis. "No es ninguna broma, pero tampoco tengo una carta firmada", ha reconocido Iceta para destacar que tendrán que "verificar si todas están de acuerdo" con esta decisión.
Sin embargo, el arzobispo de Burgos ha considerado precipitado anunciar medidas drásticas y prefiere esperar. "Tenemos que contrastar muchas cosas antes de tomar decisiones".