El ITM gana alumnos en cocina pero no cubre la demanda laboral

Ó.C. / Miranda de Ebro
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La escuela tiene matriculados a 70 estudiantes entre su grado medio y superior, pero en el centro reconocen que su bolsa de empleo está vacía por las necesidades que hay en Miranda

El ITM dispone de instalaciones para cocinar y también un comedor para su servicio de restaurante. - Foto: J.J. Matías

La cocina está en auge en Miranda y en el Instituto Técnico Industrial (ITM) lo notan en su grado medio y su grado superior. Dentro de esta rama de Formación Profesional, el centro suma este curso 70 alumnos, diez más que el anterior, aunque admiten que no cubren toda la demanda laboral de la ciudad. Su directora,Sonia Ortiz, reconoce que «estamos muy contentos» por la cifra de estudiantes, aunque admite la frustración por no satisfacer todas las ofertas que reciben. «Ahora mismo todo el que quiere trabajar tiene trabajo», remarca la responsable, quien indica que los restaurantes centran la mayor captación, pero también notan cómo existen necesidades en otros campos, «como en el albergue de aquí de Miranda, porque todos los veranos nos llaman y desde el instituto no podemos proveerles».

Ortiz explica que el alto grado de empleabilidad también hace que el grado medio tenga más matriculados que el superior, el de Dirección de Cocina. «Hablamos mucho con los jóvenes y nos trasladan que con el medio consiguen un trabajo y la remuneración es igual o muy similar, por lo que a veces cuesta estudiar un poco más», reflexiona la directora del ITM, quien considera que por este motivo dentro de los 70 matriculados «hay aproximadamente 40», que optan a sacarse el primer ciclo.

En cualquier caso, detalla que los restaurantes de cierto nivel o los que poseen una estrella Michelin, demandan personas del grado superior. Por eso, opina que continuar con la formación aporta conocimientos, pero también algo a lo que Ortiz concede mucha importancia, ya que «el alumno que tiene Dirección de Cocina consigue la capacidad de elección, de elegir a qué restaurante o a qué entorno laboral puede optar».

Esta característica la ensalza en un sector en el que «la profesión es dura, sobre todo si se dedican al tema de la restauración», matiza Ortiz, quien recuerda que por horarios «la persona que se mete a estos ciclos le tiene que gustar o lo tiene que descubrir una vez empieza», puntualiza de cara a mantenerse en el mercado laboral.

Ortiz explica además que el tirón de los estrella Michelin lo notan. La escuela ya cuenta con alumnos tanto en los fogones del Erre de Roca como en el Alejandro Serrano, aunque tratan de inculcar el mensaje de que el esfuerzo «es innegociable». No obstante, la directora matiza que no todos sus estudiantes manifiestan esta vocación y aclara que «también tenemos otros que ven su futuro en las cocinas de una residencia o de un hospital», aunque en resumen, reitera que «ahora mismo hay ofertas de trabajo que no podemos cubrir».