La ordenanza de terrazas, que entró en vigor de manera oficial en mayo del año pasado, evidenció entonces y en los meses sucesivos un gran desconocimiento de muchos negocios que se retrasaron en la presentación de las solicitudes para renovar las autorizaciones.
Solventado mayoritariamente esa situación tras numerosas advertencias de una posible sanción, el Ayuntamiento puso antes de verano el foco en las terrazas que ocupan plazas de aparcamiento y cuya inmensa mayoría deberá desaparecer y ha comenzado también a enviar requerimientos a aquellos bares, cafeterías o restaurantes que montaron en su día una estructura permanente (una especie de caseta de mayor o menor calidad) y que no han solicitado en los seis primeros meses con la nueva normativa en vigor una «prórroga extraordinaria» para poder mantener este elemento inmueble durante un periodo no superior a dos años.
La situación en este momento se resume en que todas las terrazas permanentes de la ciudad deberán desmantelarse antes del 13 de mayo del próximo año.
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