Miki Muñoz fue uno de los jugadores que Michu incorporó en enero de 2020 con el objetivo de equilibrar una plantilla totalmente descompensada en la que sobraban nombres y faltaban futbolistas. Desde el principio José María Salmerón, entonces entrenador del Burgos CF, depositó su confianza en el catalán, que junto a Galder Cerrajería, se hizo con las riendas de un equipo al que el confinamiento frenó su progresión.
Lo que en un principio parecía una arriesgada apuesta de Michu -el gerundense se incorporó a las filas blanquinegras después de una operación de tobillo y de permanecer sin equipo seis meses-, se convirtió en una pieza indispensable en la temporada del ascenso y en estos momentos es uno de los fijos para Julián Calero en el regreso del Burgos al fútbol profesional.
Reconoce que cuando llegó tuvo «dudas» de cómo respondería después de un obligado paréntesis tan largo. Pero pronto las disipó. Ha crecido de la mano del Burgos y quiere seguir haciéndolo. Tiene la renovación encima de la mesa y su intención es continuar. Desde el principio se ha sentido «muy a gusto» en la ciudad y el club y esta temporada está «disfrutando como un niño» de su debut en la categoría de plata.
¿Qué papel ha jugado el Burgos en el desarrollo de su carrera?
Hasta ahora es una pieza fundamental para haber podido llegar al fútbol profesional. La importancia aún es mayor por la forma en la que llegué al equipo, después de seis meses parado y con una operación de tobillo entre medias. Parecía que iba a ser complicado reengancharme a la rueda, pero tuve la gran suerte de que este club me diera esta oportunidad. Después todo ha ido en línea ascendente tanto para la entidad como para mi carrera.
¿Tuvo dudas por cómo podía responder después de medio año sin competir?
Muchas. La readaptación fue muy buena con un especialista de mi zona. Iba a comenzar a entrenar con un equipo de Primera Regional para entrar en dinámica de grupo, pero justo surgió la llamada de Michu. Los dos primeros partidos no tuve buenas sensaciones, pero a partir de ahí me sentí muy bien y olvidé el tema del tobillo. Se puede decir que pasé de cero a cien en unos días. De entrenar en solitario a hacerlo con un equipo de Segunda B del nivel del Burgos CF.
Se le vio desde el principio muy adaptado tanto al equipo como al entorno.
Siempre me he encontrado muy a gusto. No conocía la ciudad, pero el trato que he recibido por parte de todo el mundo ha sido muy bueno. La gente es muy respetuosa con todos los jugadores y eso no ocurre en todos los sitios.Siempre que te hablan es desde el respeto y dándote muchos ánimos. Todos estos pequeños detalles son beneficiosos y se reflejan en el terreno de juego.
El club quiere renovarle. ¿En estos momentos es el Burgos CF su primera opción?
Estoy agradecido al club y muy a gusto. Lo que tengo claro es que quiero crecer como futbolista, quiero seguir en la línea ascendente en la que me encuentro y me encantaría hacerlo de la mano del Burgos CF.
¿Crecer a la vez que el equipo es el escenario ideal?
Me gustaría pensar que lo que estoy viviendo tanto en el plano individual como el colectivo es solo el inicio. Mi padre me suele decir que lo fácil es llegar y lo difícil mantenerse. Ese es el objetivo en ambos casos, aunque siempre teniendo ambición y trabajando para seguir creciendo. Hay que disfrutar del bonito presente que tenemos, pero no tenemos que dejar que se frene aquí.
¿Contento de cómo va yendo la temporada?
Sí, estoy feliz. Fue un principio parecido al del año pasado, pero poco a poco las cosas van yendo bien y nos vamos asentando en la categoría. Es la primera vez que tengo la suerte de jugar en Segunda y desde el primer día estoy disfrutando como un niño.
¿La Segunda División es cómo se la esperaba?
A nivel de juego es muy distinta de lo que conocía. He estado muchos años en Segunda B y creo que las diferencias que encuentras tienen que ver más con las condiciones de los terrenos de juego que te encuentras en categorías más bajas, que con los futbolistas.
Habla de mejorar. ¿El mejor Miki Muñoz está por llegar?
Yo creo que todo es mejorable siempre, no solo en el fútbol sino en la vida. Hasta el momento todo me está saliendo bien, pero yo tengo en mente intentar avanzar más. Por ejemplo aportar goles, que al final son los que marcan la diferencia... Simplemente se trata de progresar hacia un punto mejor.
La temporada está encauzada, pero el mensaje que emana desde el vestuario es que conviene mantener la guardia alta.
La categoría es muy exigente. Si no nos mantenemos en la misma línea en la que hemos estado durante la primera vuelta todo se complicará. En la segunda vuelta hay que mantener, por lo menos, el mismo nivel y si puedes mejorarlo, porque de lo contrario te acabas deshinchando.
¿Este Burgos de ahora es el mismo que comenzó la temporada?
Cuando participas en una competición nueva llegan las dudas. Hay que ir perdiendo la vergüenza y creértelo. Hay que confiar en ti mismo y en el colectivo. Creo que poco a poco se va viendo la evolución en el equipo. Pero no podemos bajar la guardia. No es lo mismo confiar en uno mismo que confiarse.
¿Cuánto tiene que ver la afición en que el equipo haya rendido a un gran nivel como local?
Mucho, pero no es algo que venga de ahora porque el equipo juegue en Segunda. En el primer partido que participé ante la Real Sociedad B salía con mi padre del campo y comentamos que en El Plantío se respiraba fútbol de verdad. Ahora al haber subido hay más gente lo que es mejor todavía. Hemos viajado a bastantes campos de Segunda y en ninguno he escuchado el mismo ánimo que el que vivimos en El Plantío. Eso se agradece mucho sobre todo en los minutos finales en los que hay que apretar un poco más y no te quedan fuerzas. Gracias al aliento notas que puedes pegar un par de carreras más.
¿La permanencia es el único objetivo del equipo?
El principal objetivo es permanecer en la categoría. El club y la ciudad se merecen estar como mínimo en la Segunda División, en el fútbol profesional. Queremos alcanzar esos 50 puntos y una vez conseguidos ya veremos en qué parte estamos de la competición y ver si se puede rascar algo más. Lo principal es seguir el camino que llevamos, mantener los pies en el suelo y seguir haciendo lo que hasta ahora, pero siempre con la ambición de seguir creciendo.