Muy duros de oído tendrán que ser los políticos para no escuchar este sábado el sonido de las campanas de más de 150 pueblos a lo largo de 3 comunidades autónomas, que se unirán al Día de la Repoblación organizado por la Asociación El Priorato de San Miguel de Pedroso (junto a Belorado).

En esta segunda edición, la jornada reivindicativa no solo tendrá eco en Burgos, Soria y La Rioja, sino que se extenderá a Zamora, Segovia Valladolid y Aragón. Además de las localidades, que se pueden consultar en el mapa de la web https://vamosadarlesuntoque.sanmigueldepedrosoburgos.com/, asociaciones e instituciones han manifestado su apoyo a esta iniciativa comoSoria Ya, Celtibérica.es, Burgos Pide Paso, Fundación Oxígeno, Sanidad Rural, Aragón Despierta, Burgos Enraíza, El Pico Taragudo, Osoigo.com, Tierra de Lara o Alto Jalón (Aragón).

También artistas, como el grupo musical Juicio Final o el mago Iván Ojeda, se han sumado a este movimiento que con la etiqueta #VamosADarlesUnToque pretende llamar la atención de la sociedad sobre la importancia de preservar las tradiciones y el mundo rural, al tiempo que exige de los políticos las inversiones que no acaban de llegar. El sábado, a partir de las 13 horas y durante 5 minutos, los campanarios recuperaran su importancia como medio de comunicación y repicarán por la reapertura de los consultorios y la vuelta de los profesionales sanitarios, por la cobertura telefónica y de internet, la llegada de empresas tecnológicas, las ayudas a la natalidad, al emprendimiento...

Como previa, el domingo pasado organizaron una charla virtual en la que participaron integrantes de la asociación, expertos en repoblación y políticos. Se plantean repetir la experiencia «en próximas fechas, ante el interés suscitado y las muchas preguntas que quedaron sin responder por falta de tiempo», explica Jesús María Herrero, promotor del Día de la Repoblación.

Tañidos caseros. Hoy mismo, los organizadores subirán a sus redes sociales y a YouTube un vídeo tutorial en el que explicarán a niños y mayores cómo confeccionar una campana casera para que el balcón, escenario por antonomasia de la vida social en el confinamiento, pase del aplauso agradecido al toque reivindicativo.