«Quieren poner las placas en el peor sitio»

L.M. / Albillos
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Agricultores del Alfoz de Burgos se revuelven contra la enésima invasión de un megaparque solar. Capital Energy proyecta una planta híbrida con seis aerogeneradores y 56.000 placas que dejará 100 hectáreas de sombra y un centenar de fincas inútiles

Agricultores del Alfoz de Burgos se revuelven contra la enésima invasión de un megaparque solar. - Foto: Alberto Rodrigo

«Es un terreno de lo mejorcito de toda la zona, con una tierra negra muy fértil y que vamos a perder». Así de resignados y compungidos confiesan sentirse los agricultores del entorno de Albillos, Villagonzalo Pedernales, Buniel, Estépar o Cayuela, en el entorno más próximo al Alfoz de Burgos, con respecto al proyecto de un nuevo -el enésimo- megaparque solar y eólico que la compañía Capital Energy ha planificado en sus terrenos.

A través de la filial Green Capital Development, llevan varios años tratando de hacerse con fincas agrícolas de «muy alta producción», según reconocen los profesionales del campo, para instalar en ellas 60.000 placas solares que dejarán alrededor de 100 hectáreas de sombra sin uso alguno. El plan incluye 6 aerogeneradores de hasta 170 metros en otro enclave próximo que afecta a Mazuelo, Villanueva Matamala, Cayuela o Albillos.

La instalación de este complejo supondrá, de facto, la pérdida de suelo fértil que múltiples generaciones de agricultores de todos los pueblos a la redonda llevan trabajando muchos años. Es más, apuntan que los trabajadores de la compañía que lleva la iniciativa para la construcción de este megaparque «están actuando un poco por la puerta de atrás». Los afectados por la instalación de los módulos fotovoltaicos, que dejará inútil casi un kilómetro cuadrado de terreno, denuncian que desconocen el origen de muchos de los datos que la firma ha puesto encima de la mesa a los propietarios. «Hemos recibido llamadas amenazantes desde Zamora asegurando que se van a acordar de la gente que no queremos ceder las tierras», aseguran. Del mismo modo, los labradores apuntan que la zona afectada, limítrofe con la autovía A-62, alberga numerosos nidos de perdices y animales que, con un poco de suerte, dejarán de plantar sus nidos en este enclave. «Después de instalarse los molinos que ahora nos vayan a sembrar las tierras de placas...», recriminan.

Agricultores de la zona contrarios a la ubicación de este proyecto.Agricultores de la zona contrarios a la ubicación de este proyecto. - Foto: Alberto Rodrigo
Podremos generar toda la energía renovable del mundo, pero si no tenemos alimentos para llevarnos a la boca...»
Carlos, agricultor

Exigen que este tipo de instalaciones se ubiquen en enclaves poco propicios a la agricultura y no en puntos como el que comprende este proyecto. «Mira que hay sitios para colocar placas y en los que la gente estaría encantada, pero han ido a elegir el peor de todos», denuncia Carlos. A su juicio -y el de muchos otros profesionales de la zona- el término en el que se levantará el parque fotovoltaico Desma es el más productivo. «Han venido a implantar un negocio que les interesa mucho sin hablar con los propietarios de las fincas», indica Alberto, otro agricultor de la zona. «Podremos generar toda la energía renovable del mundo, pero si no tenemos alimentos para llevarnos a la boca...», sentencia este último.

La confluencia del arroyo Salgüero es el aliciente perfecto para que las fincas de este páramo sean mucho más fértiles que las de otros puntos cercanos. «Estamos al nivel de la Bureba y se lo van a cargar», denuncia Luciano. En un principio, recuerdan los agricultores, la idea era ubicar el megaparque solar en un término más alejado de la autovía y, además, de peores condiciones para el cultivo. Sin embargo, en una decisión «incomprensible» según los vecinos, la compañía optó finalmente por la mejor de sus zonas. «Somos muchos pequeños propietarios y ponernos de acuerdo todos para ir en contra de esta idea va a ser imposible», lamentan. Aunque la mayoría se han negado a firmar la expropiación de sus parcelas, admiten que los dueños de una edad más avanzada sí que han suscrito el contrato.

Es un terreno de lo mejorcito de toda la zona, con una tierra negra muy fértil y que vamos a perder»
Alberto, agricultor

El lunes el Boletín Oficial del Estado dio un paso más en la tramitación del expediente: sometió a información pública la solicitud de modificación de la autorización administrativa previa, la solicitud de autorización administrativa de construcción y la solicitud para el reconocimiento de la utilidad pública del proyecto. Además se dio a conocer el listado de fincas y propietarios afectados. «Esperemos que vaya para largo y podamos, al menos, sembrar y recoger 2 o 3 campañas más», ansían.

El páramo entre Villagonzalo Pedernales, Albillos y Buniel, al pie de la A-62, es una de las zonas de esta comarca donde se registran las mayores producciones agrícolas.El páramo entre Villagonzalo Pedernales, Albillos y Buniel, al pie de la A-62, es una de las zonas de esta comarca donde se registran las mayores producciones agrícolas. - Foto: Alberto Rodrigo

¿Y luego qué? La vida útil de este proyecto es de tan solo 30 años, tal y como lo recoge el documento entregado al Ministerio para la Transición Ecológica, aunque cabe la posibilidad de alargarla 10 extra. Desde el punto de vista de la eficiencia de la planta fotovoltaica, hay que tener presente que se produce un aumento progresivo de las pérdidas anualmente, estimándose que al final de su vida útil el rendimiento de la planta se puede haber reducido en un 20-25%. 

«Hay mucha gente en contra», apunta Nerea Arlanzón, alcaldesa de Albillos. Sin apenas contacto con la promotora, asegura que lleva atendiendo las quejas de infinidad de particulares que reniegan de la colocación de las placas. «Un molino eólico le plantas, pero te deja superficie para seguir labrando la tierra, pero cuando te inundan el suelo de módulos este se vuelve completamente inútil», lamenta.

El enfado no solo se centra en los profesionales del campo, sino que va más allá. Los ayuntamientos de los pueblos afectados por el complejo híbrido (Buniel, Albillos, Cayuela, Villanueva Matamala o Mazuelo de Muñó) aseguran que la colocación de esas 60.000 placas o los 6 aerogeneradores se saldará sin la creación de puestos de trabajo para los vecinos de la zona. «Buscamos generar empleo para que la población no se siga hundiendo aún más. Cuando termina la construcción de este tipo de plantas se queda una persona encargada y ya», denuncia Susana Pardo, regidora de Mazuelo. En su término municipal se ubicarán 2 o 3 molinos que, asegura, provocarán un «grave» perjuicio estético.

Queremos que se cree empleo pero estos proyectos al final no generan nada» 
Susana, alcaldesa de Mazuelo

Mismo temor comparten en Villanueva Matamala, donde los molinos estarán a apenas 2 kilómetros del casco urbano de esta pedanía de Arcos de la Llana. Hasta la fecha no habían sufrido la llegada de estos gigantes, aunque ahora su alcaldesa, Susana Delgado, admite que teme el impacto visual que pueda tener entre los vecinos. Apunta que no augura nada bueno con el intenso tránsito de camiones que circularán por los caminos durante la construcción.

Buniel es el otro término municipal afectado por la construcción del megaparque solar, aunque son muchas menos hectáreas las que se van a quedar a la sombra.

El problema que viene por la falta de tierras disponibles
La invasión de placas en Albillos, Villagonzalo Pedernales, Buniel y los pueblos colindantes no solo afectará a los agricultores con tierras implicadas dentro del megaparque solar, sino que sus efectos llegarán más allá.

Explican Domingo, Carlos, Luciano y Raúl que al reducirse las hectáreas disponibles para sembrar cereal o girasol el precio de estas crecerá. «La gente empezará a quitarle las rentas a otros y acabaremos mal», lamentan.

Al reducirse la oferta y los profesionales del campo, con todo el derecho del mundo, querer mantener sus horas de trabajo, pujarán cada vez más por terrenos que ahora no valen tanto. «Se va a producir un desajuste brutal», reiteran.

Del mismo modo, un joven que se esté planteando incorporarse a las labores agrícolas podría replantearse su situación ante la espiral inflacionista de esta comarca o la falta de terrenos en renta.