En el verano de 2022, Rodrigo Seoane llegó al Grupo Ureta Tizona cuando éste estaba todavía en la LEBPlata.Ahora, en el ocaso de su segunda temporada en El Plantío, se encuentra a solo dos partidos de alcanzar la ACB. Casi nada. Y ese reto gigante lo afronta desde la normalidad, concediendo valor al «paso adelante» colectivo dado tras la lesión de Joe Cremo así como a la serie que sacaron adelante tras cinco asaltos ante el Gipuzkoa. «Jugar tantos partidos en tan poco tiempo te hace estar más dentro», asegura el gallego, que preferiría jugar en casa este sábado, pero que se asusta por la visita al Madrid Arena para medirse al anfitrión, el Movistar Estudiantes: «Me gusta que me piten, me gusta que el público rival apriete. No tengo problemas», añade.
¿Cómo se encuentra usted y el equipo en los días previos a la Final Four?
Nos hace mucha ilusión a todos porque esto no deja de ser una recompensa al buen trabajo. Nunca había jugado una Final Four y además llega después de la gran exigencia de ganar al Gipuzkoa Basket a cinco partidos en la eliminatoria previa.
Hace una semana vivieron el primer partido de eliminación de la temporada, pero podrían disputar otros dos, ¿se nota algo diferente?
Sí porque normalmente esos encuentros suelen estar más igualados y, como hemos podido ver durante la serie, nosotros hemos podido pecar de ser novatos al no cerrarlos bien. Eso es por la tensión del partido, porque sabemos lo que nos estamos jugando, pero en realidad estar aquí para todos es una motivación más que una presión.
En esos finales igualados JoeCremo parecía apagar muchos fuegos. Ahora juega Demetric Horton en su lugar, ¿cómo cree que ha afectado al equipo ese cambio?
La verdad que el cambio ha sido muy rápido y muy bueno. Demetric vino a cubrir esa lesión de Joe y se adaptó muy bien, sobre todo, a nivel personal. Nos tenemos que estar comunicando en la pista todo el rato y pasa lo mismo cuando vas al banquillo. Siempre hay que estar hablando, animando y con una sonrisa en la cara. En ese sentido, Demetric nos está ayudando y el equipo está sabiendo responder ante la falta de alguien tan importante como Joe. Además de su calidad aportaba liderazgo, ahí también era importante, pero hemos dado un paso adelante.
A usted le tocó animar desde el banquillo en los últimos minutos del partido decisivo ante el Gipuzkoa tras cometer cinco faltas defendiendo a Barcello, ¿cómo se sintió?
Sentí mucha impotencia. Siempre quieres jugar y más en un partido así. El equipo necesita que estemos todos porque jugamos a un ritmo muy alto y rotamos mucho. Sentí impotencia, pero cuando estás expulsado solo te queda animar y hacer que el resto sea positivo cuando hay un error. Creo que esa es la manera de hacerlo y la que nos merecemos.
Este equipo da la sensación de que disfruta tanto o más atrás como adelante, da la sensación de que se le va la vida en cada defensa.
Para conseguir el ritmo que queremos necesitamos hacer muchas defensas seguidas buenas. Así podemos entrar en ese juego de correr, de tirar rápido, de rebotear en ataque... por eso Diego (Ocampo) pone tanto énfasis atrás. Aquí es un básico. Si no defiendes no puedes jugar.
¿Cómo se cambia el enfoque de una semana para otra? ¿Cómo se pasa del Gipuzkoa al Movistar Estudiantes?
El enfoque es el mismo aunque el rival sea diferente. Pensamos más en nosotros que en el rival aunque haya que cambiar algunas cosas. Los entrenamientos durante la semana no cambian por enfrentarnos a unos u otros. Lógicamente, algo de scouting hacemos, pero es una semana más para nosotros aunque sea la última.
¿Será el Tizona el que se deba adaptar a la manera de jugar más lenta del Estudiantes o viceversa?
Nosotros vamos a hacer nuestro juego, es lo que sé, aunque ellos planteen un juego más lento y de cinco para cinco. Nosotros no vamos a cambiar nuestra identidad.
Lo que parece bastante complicado es que les limiten a 54 puntos, como el Estudiantes hizo en el quinto partido ante el Real Betis.
¡Si no metemos no! (ríe). Vamos a jugar a muchas posesiones, a correr, a ser intensos, a cambiar... a lo de toda la temporada, vamos.
¿Considera al Estudiantes un equipo extremadamente distinto al Tizona?
Puede ser, pero es que en el partido que tuvieron aquí tenían varias lesiones. Ahora nos encontraremos una versión del Estudiantes distinta.
Entonces, ¿no cree que sirvan de referencia los dos partidos de fase regular?
Sirve porque yo, personalmente, no conocía a muchos de sus jugadores. Los había visto pero no me había enfrentado a ellos. Sirve en ese sentido, pero para nada más, porque cuando nosotros jugamos en Magariños estábamos muy verdes y cuando ellos vinieron tenían lesiones. Será totalmente distinto. Va a ser una guerra.
¿Qué diferencias hay entre actuar hace una semana como locales en un quinto partido y en hacerlo el sábado como visitantes en unas semifinales de Final Four?
Hay muchas diferencias. Jugar en casa siempre es mejor, pero hacerlo fuera a mí me gusta. Me gusta que la gente me pite, me gusta que haya un ambiente que apriete. Yo no tengo problema.
¿El resto tampoco?
No creo. A nosotros nos gusta eso. Lo que tenga que pasar, que pase.
¿Qué reflexión le merece estar a dos partidos de la ACB cuando hace un año estaban aún en la LEBPlata?
Lo que me han dado estos dos años, en los que me he visto en Plata y ahora acariciando la ACB, es mucho. Te ponen en tu sitio.Esto es baloncesto, te llegan las recompensas a medio o a largo plazo.
La temporada ha sido larga, ¿cómo están a nivel físico y metal?
En nuestro mejor momento porque la experiencia de jugar tantos partidos en tan poco tiempo te hace estar más dentro. Estamos en el mejor punto. Hemos planificado todo el año para esto. Todos estamos muy motivados.
Para Rodrigo Seoane la Final Four es...
Una experiencia que me va a valer mucho para mi futuro.