Para ponerle los grilletes al que probablemente ha sido el mayor narcotraficante asentado en Burgos hay que perder muchas batallas. Los agentes de la brigada de Estupefacientes de la Comisaría Provincial tuvieron que esperar la friolera de ocho años para desarticular la banda de José Ramón L., un viejo conocido de la Policía Nacional que había conseguido conectarse con el clan gallego de los Charlines. No por casualidad esta operación se llamó 'Game Over': intervinieron 400 kilos de hachís y 53 de cocaína, lo nunca visto en la provincia.
Ha sido el último gran palo de este grupo antidrogas que en los últimos cinco años ha desmantelado redes de heroína, marihuana y 'speed'. Otras investigaciones no han acaparado grandes titulares, pero sí que han servido para terminar con pequeños puntos negros de trapicheo que traen de cabeza a algunos vecinos de la capital. La jefatura ha duplicado el número de efectivos para seguir arrinconando a los que distribuyen este tipo de sustancias.
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