Puede que haya conductores con dudas, otros despistados e incluso los que tientan a la suerte y cruzan los dedos para que el radar no salte cuando van demasiado rápido. Pero casi todo el mundo conoce de sobra dónde están ubicados los seis cajetines en los que la Policía Local coloca el cinemómetro fijo. Y si no, unos metros antes un cartel suele advertir de su presencia. Por eso sorprende mucho que desde hace dos años estos dispositivos detecten más del doble de coches infractores que el veloláser portátil. Lo que es peor: se han registrado velocidades de hasta 128 kilómetros por hora. 

No se puede decir que las multas de los radares se hayan disparado en los primeros meses del presente año. Según los datos y la información facilitada por la Policía Local, se han tramitado ya 4.699 actas de denuncia por sobrepasar los límites de velocidad marcados, una cifra muy similar a la de hace un año a estas alturas. La tendencia indica que el 2024 terminará con un número de multas muy similar al del pasado ejercicio, cuando se rozaron las 9.000. 

Los radares fijos, que en el primer semestre sólo han rotado por los cajetines de la avenida Caja Círculo y de la calle Camino Casa La Vega, han detectado 3.517 vehículos infractores. Por su parte, el Veloláser, que los agentes colocan en diferentes calles de la ciudad, ha 'cazado' a 1.182. Juan Ramón Jiménez es, con diferencia, la vía en la que más se corre, pues se han detectado 129 incumplimientos. 

Las 10 calles de Burgos donde se ponen más denuncias por velocidad con radar móvil (total de denuncias en el primer semestre del año). - Foto: Fuente: Policía Local

En el caso de los fijos tampoco hay sorpresa y el de la avenida Caja Círculo volvió a ser el que más infracciones detectó. De hecho, las 2.000 notificadas son más del doble que las contabilizadas por el radar móvil en cuarenta calles de la ciudad. Y lo que es peor, en la antigua carretera del cementerio se ha llegado a ver a un vehículo alcanzar los 128 kilómetros por hora. Una velocidad que supera con creces incluso los límites delictivos. 

El cinemómetro portátil también ha 'cazado' coches que han pisado el acelerador demasiado. La velocidad máxima ha sido de 97 kilómetros por hora y fue, igualmente, en Juan Ramón Jiménez, una vía en la que no se pueden superar los 50 y que está regulada por semáforos en varios puntos, especialmente en el tramo de Pentasa.  

La Policía Local suele colocar el Veloláser en lugares donde las patrullas previamente han percibido velocidades muy elevadas, donde se han producido accidentes en las que al menos uno de los vehículos iba más rápido de lo permitido o simplemente a petición de unos vecinos cansados de tener que extremar la precaución cada vez que circulan o que tienen que cruzar. 

La calle Vitoria aparece en el segundo puesto del listado de calles con mayor número de sanciones del radar móvil, con un total de 92. Cabe destacar que desde la rotonda de Esteban Sáez Alvarado hasta la plaza del Rey hay un carril donde el máximo es 30 kilómetros por hora. Pues bien, 52 de esas infracciones se cometieron ahí. 

En otras vías con dos velocidades ocurre algo parecido. Por ejemplo, en Merindad de Cuesta Urría, en el polígono de Villalonquéjar, donde 32 de los 50 conductores 'pillados' iban por el carril en el que la máxima permitida son 30 kilómetros por hora. También son mayoría abrumadora en Eloy García de Quevedo y en la avenida del Cid. En la avenida del Arlanzón, directamente sólo se detectaron infracciones en el vial derecho. 

No sorprende, por tanto, que las vías más controladas sean las de un único carril por sentido. Por eso aparecen en lo alto de la lista, aunque algunas de ellas llaman poderosamente la atención por dos razones: por ser zonas residenciales y por ser de escasa longitud. Es el caso de la calle Caleruega, en la Cellophane, donde se han detectado 74 infracciones. O Padre Conde, en Villímar, con 72 multas. Mucho más en el Paseo de Comendadores, junto al Parral, que acumula ya 60 sanciones. 

En cuanto a los fijos hay que señalar que, aunque sólo haya estado activo en avenida Caja Círculo y Casa La Vega, hay otras cuatro cajas habilitadas en la ciudad: dos en Santa Bárbara, Esteban Sáez Alvarado a la altura de Coprasa y avenida del Arlanzón junto a las piscinas de El Plantío. Esta última, sin embargo, lleva ya tiempo sin estar activa. Tal y como informó hace unas semanas este periódico, cuando pasan vehículos pesados su señal reverbera contra las cristaleras de las instalaciones deportivas y hace que mida mal la velocidad de los coches. De hecho, añade kilómetros por hora a quienes circulan frente a él, por lo que las sanciones que impone serían recurribles. 

En principio, la Policía Local va a mantener el cubículo por su función disuasoria. Muchos vehículos frenan por precaución. Además, no se descarta que en un futuro el cinemómetro vuelva a rotar si solucionan los problemas de fiabilidad. Por otro lado, el Ayuntamiento tiene intención de adquirir dos nuevos dispositivos. 

En un principio, el anterior equipo de Gobierno barajó la idea de comprar veinte radares para colocar en diferentes puntos de la ciudad donde se habían detectado altas velocidades. Luego rebajaron sus expectativas debido al alto precio de cada uno de ellos y se acordó adquirir diez. Sin embargo, nunca se asignó una partida y el asunto terminó enfriándose. El actual Ejecutivo ha decidido finalmente apostar por ello, pero simplemente serán dos. 

Mientras se concreta la operación, la Policía Local trabaja ya en las posibles ubicaciones para estos dos nuevos radares. Por el momento, entre las opciones que se han puesto encima de la mesa destacan Juan Ramón Jiménez, Severo Ochoa, avenida de Castilla y León o Cantabria. Anteriormente también se había barajado Valentín Niño o Alcalde Martín Cobos.