El albergue de transeúntes está pensado para dar cobijo a las personas sin hogar durante la noche, pero no para vivir un confinamiento que se va a alargar al menos tres semanas más. Sus habitaciones dobles y triples y el número de plazas ocupadas imposibilita, por ejemplo, el aislamiento si alguien da positivo en coronavirus. Por eso Cáritas, encargada de la gestión, y el Ayuntamiento, que presta el servicio, han decidido trasladar a los usuarios del albergue a otro edificio ahora vacío y con mejores condiciones para la reclusión.
La idea es ocupar el seminario mayor de la calle Empecinado, en desuso tras el estado de alarma y el cierre de las aulas. Estos días lo están acondicionando con la intención de que puedan dormir allí a partir del jueves, según estima Fernando García Cadiñanos, delegado de Cáritas. "Lo hacemos sobre todo por razones de seguridad de los participantes y trabajadores y para que tengan una mayor comodidad", señala el sacerdote.
En el seminario diocesano pasarían a ocupar habitaciones individuales y además se ampliaría su capacidad a 55 plazas, en previsión de futuras demandas (ahora disponen de 48). "La noche del domingo "durmieron 42 personas (35 en el albergue y siete en la Unidad de Mínima Exigencia). Pero es probable que en los próximos días lo soliciten personas sobrevenidas, gente que su situación se agrava según pasan las jornadas y se quedan en la calle".
Según las previsiones de Cáritas, que seguiría encargándose de gestionar el servicio, y el Ayuntamiento, que mantendría su financiación, necesitarán disponer de seis trabajadores, tres por turno, y dos conserjes para la noche. "Estamos haciendo un gran esfuerzo para reforzar el servicio. Y para conseguirlo estamos derivando a trabajadores de otros programas para que estén atendiendo a las personas sin hogar. Intentaremos disponer de ese número si no todo el tiempo, sí la mayor parte del día. Sobre ese escenario, al menos, trabajamos", subraya.
En cuanto a la comida, se haría a través del servicio de cátering de Cáritas para que los usuarios no tengan que desplazarse a la Casa de Acogida donde tenían el comedor social ni pasar la tarde en las instalaciones de San Vicente de Paúl. El traslado al seminario se realiza para que puedan pasar la reclusión en este edificio sin necesidad de salir a la calle, que es lo que se aconseja. "Desde aquí quiero agradecer al Ayuntamiento la coordinación, predisposición y sensibilidad con el que están llevando este tema", añade Fernando García Cadiñanos.