Mientras el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Lerma ultima la ordenanza que regulará el tráfico en el casco histórico de la villa ducal, se avanza en la búsqueda de soluciones para habilitar plazas de estacionamiento una vez que se saquen los coches de la Plaza Mayor, objetivo al que el grupo socialista no va a renunciar pese a la oposición de buena parte de los comerciantes lermeños.
En este sentido, la alcaldesa, María del Carmen Castrillo, explica que la intención es destinar la ayuda de Planes Provinciales de este año, algo más de 200.000 euros, a ese propósito, de tal manera que con esos fondos se va a urbanizar el paseo Vista Alegre, en el entorno del coso taurino, y a habilitar zonas de estacionamiento en la misma, aprovechando los espacios con mayor anchura a ambos lado de la vía.
En concreto, el proyecto contempla 110 plazas, que se sumarían a las 150 que ya existen en el párking actual junto a la residencia de la tercera edad Virgen de Manciles, en ese mismo barrio. La alcaldesa entiende que con ese número se asumirían los vehículos que ahora estacionan en la plaza del Parador de Turismo, que, recuerda, cuenta con 50 plazas que casi siempre están sin ocupar.
Lo mismo sucede con el propio estacionamiento actual junto al centro de mayores, admite María del Carmen Castrillo, que añade que la mayor parte del tiempo está medio vacío, como lo han podido comprobar haciendo un exhaustivo seguimiento y fotografiándolo de cara a potenciar esa zona como estacionamiento alternativo a la zona más céntrica.
Para el grupo socialista, el casco histórico de la villa ducal necesita esa regulación del tráfico y del aparcamiento y liberar la Plaza Mayor, «que es una maravilla», incide la regidora, y que ahora no puede contemplarse en su esplendor «al ser no una plaza sino un párking».
Castrillo defiende el proyecto de ordenanza para regular el tráfico en el que se está trabajando «porque será buena para Lerma», pero deja claro que no se trata de peatonalizar el casco histórico, sino de regular el tráfico y los estacionamientos, «buscamos más regular la forma de aparcar que las zonas», incide.
En este sentido avanza que la circulación se va a quedar prácticamente como está y que solo se peatonalizará la calle de la Audiencia, el tramo donde se ubica el propio edificio consistorial y recuerda, por otra parte, que ya hay zonas en el centro que son peatonales, como la plaza del Mercado Viejo, «y no ha pasado nada; a nadie ahora se le ocurría volver a meter coches en ella; yo creo que es más una cuestión de educación y de acostumbrarse que de prohibir», reconoce, al mismo tiempo que deja claro que lo que el PSOE quiere es «un espacio libre de coches en la mayor medida que se pueda en el casco histórico».
No obstante, ante el revuelo que se produjo cuando se hizo público el borrado del reglamento, Castrillo 'tranquiliza' a los comerciantes y vecinos y asegura que se podrá seguir circulando por la calle Mayor, entrar ambulancias, carga y descarga, «como es lógico, porque todos sabemos en el pueblo que vivimos y la gente mayor que tenemos», señala, aunque también echa la vista atrás y piensa que si hace una década se hubiera peatonalizado el casco viejo, «igual había sido la solución para que no se hubieran cerrado todos esos negocios que ya no hay en la calle Mayor».
«Si no funciona, se recula». La alcaldesa reconoce que en principio no han pensado en instalar ni bolardos ni cámaras para hacer efectiva esa regulación de la circulación en el centro, «que creemos que es buena para el pueblo, y la gente se acostumbrará como en otros muchos sitios».
No obstante, asegura que van a sacar la ordenanza, pero que si esas medidas no funcionan se cambiarían; «porque no estamos cerrados a nada, ni vamos contra nadie», añade, en referencia a la campaña de recogida de firmas de los comerciantes y su rechazo al proyecto como se presentó inicialmente en el borrador, que la propia Castrillo reconoce que «fue duro», pero que había que sacar «porque si no, no avanzamos», ya que se trata de un proceso largo, que requerirá un mes para su exposición y presentación de alegaciones antes de llevarse al pleno.