Caja3 plantea a Cajacírculo rebajar su peso accionarial en el grupo

G. Arce / Burgos
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Directivos del banco participaron ayer en un consejo de administración informativo de la entidad local para explicar el cambio societario, que respondería a la demanda de Caja Badajoz

Vista general del patio de operaciones de la sede central de Cajacírculo. - Foto: Patricia

Cajacírculo podría verse abocada a ceder una parte no especificada del 29,750% del accionariado que posee en el Banco Grupo Caja3 para ajustar su estructura accionarial y atender, entre otras cuestiones, a las demandas formuladas por el socio más pequeño en tamaño pero más solvente, Caja Badajoz, que desde los comienzos de la operación de integración ha considerado que su aportación al Grupo está «muy por encima» del 29% que se le atribuyó cuando se constituyó a finales de 2011.

El consejo celebrado ayer fue de carácter informativo, pero no solo contó con la presencia de parte de la cúpula directiva de Caja3 desplazada desde Zaragoza, sino también con un equipo de abogados contratado por Cajacírculo para contrastar números y sopesar las consecuencias de lo que se ponía sobre la mesa, según detallan fuentes conocedoras de la reunión, en un intento de paralizar un proyecto que se teme que merme aún más el peso de la entidad burgalesa en Caja3 y, sobre todo, en la futura fusión con Ibercaja Banco, donde se quedaría con un 3,72% del accionariado, según las últimas estimaciones.

Tanto Caja3 como Cajacírculo declinaron hacer valoraciones de una reunión que consideraron «privada». No obstante, en los últimos días ha habido encuentros con los consejeros de la entidad fundadora para contrastar la situación creada, que despierta no pocas reacciones en contra, aunque también se mira con atención la postura que adopte el Banco de España y Bruselas. Hoy proseguirán las reuniones a más alto nivel.

Enquistada

La polémica con Caja Badajoz viene de lejos, desde las negociaciones previas para la creación del Grupo. Los extremeños siempre consideraron que el 29% del accionariado que se les atribuyó (frente al 41% CAI y el 29,75% de Cajacírculo) estaba muy por debajo de su nivel de solvencia y nunca tuvo en cuenta la situación patrimonial real de sus dos socios, más afectados por el peso los activos tóxicos inmobiliarios, en el momento de crear el SIP.

Es más, desconocedora de los problemas en Burgos y Zaragoza y arguyendo sentirse engañada, Caja Badajoz amagó con su salida y la ruptura del contrato de integración, pero el Banco de España advirtió que la marcha atrás era irreversible y las penalizaciones que podría conllevar podrían suponer hasta el 30% del balance.

Aquel conflicto volvió a la actualidad y con mayor virulencia en el desarrollo de las tensas negociaciones laborales del ERE. En pleno tira y afloja entre dirección y sindicatos, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, amenazó de nuevo en marzo con la ruptura del grupo financiero si no se daba un «trato igualitario» a Caja Badajoz, calificando el 29% del accionariado que le correspondía como «inaudito e intolerable».

Monago habló abiertamente de «estafa» al recordar con números lo ocurrido: en enero de 2010, detalló, Caja Badajoz disponía de un patrimonio neto de 469 millones, y a mediados de 2012 esta cifra era de 41,55 millones. «Se había dividido por 10 en solo un año y medio», un dinero, dijo el presidente, que se «pulverizó» en «tapar grietas de la CAI y Cajacírculo», entidades que «entraron en Caja3 aparentemente limpias pero cuya acumulación, escondida hasta entonces, de exposición a activos tóxicos no hizo sino deteriorar a pasos agigantados el estado del grupo». 

Estructura de la propiedad en Caja3

41,250

Caja Inmaculada

29,750

Cajacírculo

29,000

Caja Badajoz.