Alberto Reina fue la pasada campaña una de las apuestas de Alfredo Merino y Alessio Lisci. Ambos decidieron darle una oportunidad en el fútbol profesional a los 26 años después de que su carrera hubiera transcurrido entre la Segunda B y la actual Primera RFEF. Llegó a Anduva sin hacer ruido, dispuesto a aprovechar la oportunidad, y en su segunda campaña como rojillo se ha convertido en imprescindible para el cuerpo técnico. Ha pasado de debutante a timonel y es que es uno de los canalizadores del juego del Mirandés. Es importante en el campo y en el vestuario, ya que es uno de los capitanes.
Su cotización va en aumento y se ha doblado desde su llegada a Miranda, mientras que su jerarquía sobre el césped también va en aumento. No se pone techo y su receta es la del trabajo diario. «Soy un futbolista al que le gusta crecer cada día y no me pongo un objetivo a largo plazo. Quiero seguir dando pasos hacia adelante y a ver hasta dónde llego con esto del fútbol», comenta.
Pese a tener 27 años, es uno de los veteranos de la plantilla y trata de echar una mano a los más jóvenes, que asegura que facilitan con su actitud y entrega la labor de los más experimentados. «El grupo nos lo pone muy fácil a los que estábamos del año pasado. Es un equipo unido y eso se ve en el campo», responde.
El centrocampista gaditano asegura que el equipo está recuperado tras la derrota en Tenerife y que afronta el choque del sábado ante el Cádiz -Anduva, 16:15 horas- «con ganas». El objetivo es «mantener la línea» que el equipo ha mostrado en Anduva. «Tenemos que seguir a la altura que hemos mostrado en casa, aunque es verdad que en Tenerife lo bajamos un poco. Estamos a un gran nivel y debemos aprovechar para alargar la dinámica lo máximo posible. Cuando pierdes duele y tiene razón con las palabras que dijo tras el partido de Tenerife -aseguró que en el primer periodo la mitad del equipo jugó andando-».
Asegura que el Mirandés está centrado en sí mismo a la hora de preparar el duelo contra el Cádiz. El cuadro burgalés quiere aprender de los errores para que no vuelvan a producirse. «Que no haya momentos de desconexión. Asimismo, estamos tratando de pulir esos fallos en área rival porque el otro día tuvimos varias ocasiones que no se materializaron», indica.
Un partido especial. Nunca ha jugado en el Cádiz, aunque siendo gaditano el del sábado no es un partido más. «Es mi tierra, aunque nunca he jugado en el Cádiz. De pequeño iba con mi tío a ver el fútbol», finaliza el futbolista rojillo.