El cuento del Gobierno de que las subidas o los nuevos impuestos los van a pagar los ricos es eso, un cuento, una patraña. Para empezar, el hecho de que no se deflacte la tarifa del IRPF ya afecta a todos los contribuyentes. Incluso para muchos ciudadanos que no están obligados a presentar la declaración de la renta, les ha obligado a hacerlo porque la tarifa no ha tenido en cuenta el efecto de la inflación. Por supuesto, los nuevos impuestos o las modificaciones al alza que se prevén en otros afectarán a todos los ciudadanos independiente de sus ingresos. Un ejemplo evidente será el impuestazo a la basura que se ha sacado Sánchez de la manga y que los ayuntamientos estarán obligados a cargarlo y será al que genera la basura, es decir a millones de alquilados que verán precisamente en este delicado momento aumentar su pago por este concepto.
Otro ejemplo evidente será el resultado de eliminar la declaración de la renta conjunta. La idea no es nueva, pero parece que ahora toma cuerpo. Más de 3 millones de ciudadanos se verán afectados y serán precisamente los hogares en que uno de sus miembros no tiene ingresos o éstos son muy bajos. La medida supondría unos 2.000 millones de euros para las arcas de Hacienda, que sin embargo sigue presumiendo de recaudación récord. Además, el Gobierno está dispuesto a subir los impuestos del recibo de la luz, si finalmente no sale adelante la permanencia del impuesto especial a las energéticas. Como saben estas empresas han lanzado un órdago al Gobierno. Si el impuesto deja de ser extraordinario, muchas de ellas paralizarán sus inversiones en España para irse a otros países. Repsol y otras ya han anunciado estos planes. Si todo esto se materializa, el Gobierno hará pagar a todos los ciudadanos. No a los ricos, ni a los que ingresan más de 30.000 o 35.000 euros anuales (considerados ricos por este gobierno) sino a todos.
Todas estas decisiones para aumentar los ingresos de Hacienda no pasan únicamente cuando se recauda más que nunca, sino que se gasta más que nunca. De hecho, el Banco de España publicó el lunes que la deuda pública ha aumentado en el último año en casi 60.000 millones de euros. Ya sabemos que a la Unión Europea no parece importarle cómo se ajustan las cuentas públicas, si por la vía de los ingresos o los gastos, Pero, sí debería preocuparle que países como España sigan aumentando la deuda pública y que los ajustes se hagan a costa de la pobreza de los ciudadanos. No tengo mucha fe, pero sí muy claro que cualquier modificación en los impuestos tendrá una repercusión directa en el bolsillo de todos. Da igual que sea vía IRPF, IVA, Impuestos Especiales o extraordinario a Energéticas o Banca.