Continúa la pugna para que no se construya una granja con 1.999 cerdos de engorde en Fuentemolinos. Después de varias sentencias en contra, el Ayuntamiento de esta localidad ribereña ha recurrido al Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL). Su alcalde, Sergio Martínez Sualdea, detalló ayer que han dado este paso con la esperanza de que obliguen a los promotores de la instalación a presentar un informe de impacto ambiental. Tal como argumentó el regidor, el Páramo de Corcos «es una zona única en Europa», con varias especies declaradas vulnerables como la ganga ibérica, la ganga ortega, el alcaraván y el cernícalo primilla y otras tres, el sisón, la avutarda y la alondra ricotí, que están catalogadas en peligro de extinción. A su juicio, esta circunstancia complicaría que Medio Ambiente dé su visto bueno a este proyecto. De hecho, la Junta de Castilla yLeón paró en mayo del año pasado un plan similar en el término municipal de Haza por chocar de lleno con la presencia de la alondra ricotí.
«Tenemos la esperanza de que el TSJ nos dé la razón», afirmó Martínez, que estuvo acompañado por los alcaldes de Hoyales de Roa, Juan Antonio González; de Fuentecén, Juan Antonio Martín; Adrada de Haza, Alicia Moral; Fuentelisendo, Álvaro Domingo; La Sequera de Haza, Roberto Arroyo; Hontangas, José Antonio Fernández, y Haza, Antonio Muñoz. Tal como recordó el alcalde de Fuentemolinos, este proyecto se remonta a 2021. En agosto de ese año, unos 200 vecinos trasladaron al Ayuntamiento su rechazo a la instalación de la granja. Entre los argumentos que esgrimieron figuraba el hecho de que Fuentemolinos cuenta con un único acceso, de tal manera que los camiones con los animales, el pienso o los purines no tendrían más remedio que atravesar por la calle principal del pueblo, con los riesgos que ello conllevaría.
A esto se suma que Fuentemolinos dispone de una sola fuente que suministra a sus habitantes y que el alcalde ya definió como su mayor recurso natural. Su principal temor es que, en caso de que se viertan purines, se corre el riesgo de contaminación de los acuíferos. Martínez tampoco pasa por alto el hecho de que el viento llegue habitualmente desde la zona del Páramo de Corcos donde se quiere construir la explotación, lo que supondría «problemas de olores». Ayer insistió en todos estos factores. «La granja perjudicaría a los acuíferos de la zona, a las especies protegidas... Nos afectaría a todos», dijo, mientras el resto de alcaldes asentían. Estos 10 municipios, incluyendo a Moradillo y Valdezate, suman unos 2.000 empadronados.
Por su parte, la alcaldesa de Adrada, Alicia Moral, remarcó que «el tema del agua es importantísimo». Mientras, el de La Sequera de Haza, Roberto Arroyo, cuestionó:«En los pueblos nos quieren poner molinos, placas solares, granjas... ¿Por qué estas industrias no se instalan en los polígonos industriales que hay en las ciudades?».
Sea como fuere, Martínez insistió en que ahora toca esperar a que se pronuncie el Tribunal Superior de Justicia. Según indicó, la Confederación Hidrográfica del Duero contestó en su día al Ayuntamiento de Fuentemolinos «que el páramo es una zona vulnerable» y desde MedioAmbiente se apuntó que «no se podía hacer por las especies protegidas que hay en la zona». Además, el alcalde añadió que «hay algunas sentencias que obligan a los promotores a presentar el informe de impacto ambiental».
Inquietud en más pueblos. Más allá de Fuentemolinos, la inquietud por la instalación de granjas porcinas crece en toda la comarca. Hace pocos días, los vecinos de Santibáñez de Esgueva registraron más de 550 alegaciones en contra de un proyecto con 2.000 animales. También en Villatuelda se están movilizando para evitar que construyan una granja.