El Recoletas Burgos Universidad de Burgos está a escasos tres días del partido más importante de su historia. Ya sabe lo que es jugar dos finales de Copa del Rey, aunque el sábado el título que habrá en juego será la Liga. Enfrente estará otra vez el VRAC, equipo que en Sevilla privó al conjunto burgalés estrenar su palmarés el 7 de mayo en el duelo copero.
Los mandatarios del Aparejadores tienen claro que «deportivamente» están a la altura del conjunto pucelano y entienden que solo queda poner la guinda. «Nos falta un título. La Liga se quedará por vigésima vez en Castilla y León, aunque de momento solo la han ganado equipos vallisoletanos y en esa lista queremos estar nosotros a partir del sábado», señaló Miguel Ángel Manso, directivo gualdinegro.
Las metas que se puso el equipo en el inicio de campaña están más que alcanzadas, pero no se conforman con eso. Vieron muy cerca la victoria en Sevilla y el reto ahora es entonar ese primer alirón. «Queremos que Burgos esté orgulloso de su rugby y se hable de ello como de otros deportes, aunque también entendemos que no podemos estar a la altura del fútbol o el baloncesto», comentó.
Será complicado, ya que será el VRAC el que juegue en casa, a lo que hay que añadir el gran potencial de su plantilla. Pese a todo, la escuadra de San Amaro tiene plena confianza en sus opciones. Además, estará acompañado por un nutrido grupo de seguidores.
«El temor que tienen en Valladolid es que en la grada pueda haber más representación del Aparejadores que de ellos. Lo que tengo claro es que el color amarillo y negro se dejará ver y que habrá una gran animación. Somos la afición que más se desplaza y el equipo estará arropado en Valladolid por 500 o 600 seguidores», respondió Manuel Vadillo, presidente del club.
Una victoria en tierras pucelanas y el consiguiente título de Liga no solo sería un «éxito deportivo», sino que iría más allá del césped y podría tener sus consecuencias tanto en el terreno de los patrocinios como en el de las ayudas públicas. Además, los mandatarios gualdinegros aseguran que pondrá al club «en el mapa del rugby» incluso en otros países.
Lo que esperan en el Aparejadores es que también suponga un paso adelante en el terreno institucional y las ayudas, no solo económicas, se multipliquen.