Poder «hacer visible lo invisible a través de la imagen» convenció a la burgalesa Natalia García de que quería especializarse en Radiología cuando tuvo que elegir plaza como MIR. Y no se arrepiente, como tampoco Marta Román, también burgalesa y apasionada: «Es que es de las más bonitas; es toda la medicina a través de la imagen». Pura vocación la de estas residentes, que, además, quieren quedarse en Burgos. Y esa es grandísima noticia.
Las dos facultativas admiten que, en gran medida, eligieron plaza en el HUBU por ser de aquí. «Pero la acogida fue estupenda», afirma Román, quien destaca que el servicio se organiza en subespecialidades o, en la jerga, en órganos y sistemas. «Es fundamental para la formación y también como médico adjunto, para poder ofrecer una asistencia de calidad», añade, subrayando la «importancia de hacer una correcta interpretación de las imágenes».
De esta manera, Román comprobó que quiere dedicarse al intervencionismo (ver información principal), mientras que Natalia García se inclina por la radiología torácica: «Antes de elegir plaza tenía interés por Neumología y Cardiología y en esta subespecialidad tienes la imagen cardíaca, que es reciente y con mucho potencial».
A las dos jóvenes les gusta que los radiólogos tienen «gran impacto» en el tratamiento de forma directa, porque su dictamen es cada vez más demandado, al pedirse pruebas de imagen para casi todo. Y esa es también la 'cruz' de la especialidad: hay tanta demanda de especialistas en toda España que es muy difícil cubrir vacantes.
En el HUBU hay ahora tres plazas disponibles, pero una se va a cubrir con una comisión de servicio, y el jefe de servicio, Jesús Aldea, confía en cubrir otra en enero. Pero queda otra vacante y tres jubilaciones a corto plazo, por lo que una plantilla de 29 soporta déficit. «Pero el servicio lo está dando todo, mañana y tarde. Y, ahora, confiamos en Marta y Natalia», concluye.