La belleza anida en Burgos

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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En apenas dos años se ha convertido en una de las bandas de folk de referencia en España. El Nido ha deslumbrado a público y crítica con canciones que llegan al corazón. Acaba de editar el EP 'Todo aire' en el que cuentan con colaboraciones de lujo

Los integrantes de El Nido, en el corazón de la ciudad. - Foto: Iván López

Eran cuatro y ahora son cinco, pero eso es lo de menos: han irrumpido en el panorama musical español -en el que brillan cada vez con más intensidad- con la fuerza de un huracán y el arrobo de la belleza; de una especialmente hipnótica, porque su música suena a la vez antigua y nueva, a la vez inclasificable y reconocible, como si estuviese atravesada por una corriente de generaciones y siglos de tonadas populares y hubiese eclosionado en ellos, que representan su destilación moderna, una suerte de primavera extraordinaria, de un preciosismo y una hermosura radical, profunda e íntima. Hablamos de El Nido, formación burgalesa que se dio a conocer justo cuando la malhadada pandemia detuvo el latido del mundo; esta desgraciada circunstancia no consiguió malograr su iniciático vuelo: es, hoy, una de las bandas de folk más deslumbrantes de este país. 

Acaban de editar un EP titulado 'Todo aire', compuesto por versiones de canciones de su segundo álbum -que ellos consideran el primero-, llamado 'Refugios a cielo abierto'. Es una obra maravillosa en la que colaboran tanto el fabuloso dúo burgalés Fetén Fetén como otros referentes del mejor folk que se hace en este país: El Naán, Caamaño & Ameixeiras, María de la Flor, Pedro Pastor, Lina e Lola y Ariadna Rubio, de Té Canela. Los integrantes de El Nido -Nacho Prada, Álvaro Herreros, Rodrigo Cachorro, Eneko Lekumberri y Peio Lekumberri -este último recién incorporado a la banda burgalesa- está viviendo a flor de piel el sueño de la música. Con normalidad, entusiasmo y gratitud. «Estamos felices. Nos sentimos afortunados porque hacemos lo que nos gusta a la vez que aprendemos por el camino», explican.

Nuestra búsqueda y anhelo es ser reconocibles tanto por la música como por el discurso"
Nacho Prada

Su 'Refugios a cielo abierto' sigue escuchándose, y con él siguen girando todavía. «Casi dos años después, seguir dando vida a esas canciones en lugares como Barcelona o Madrid... Es una suerte. Es algo muy bonito». Admiten todos que nunca se habían atrevido siquiera a soñar con actuar en determinados lugares. Y aún se maravilla de que la acogida esté siendo fantástica allá donde van, da igual si es Murcia, Andalucía o Galicia. «Está siendo una satisfacción enorme y estamos conociendo a gente que se dedica a hacer lo mismo. Sentimos que hay un lenguaje común a la hora de volver a abordar la música tradicional en las diferentes regiones, que hay muchas sinergias. Son estilos diferentes, pero estar ahí y compartirlo con otros artistas es muy importante para nosotros».

En apenas dos años El Nido se ha convertido en una de las bandas de folk de referencia en este país.En apenas dos años El Nido se ha convertido en una de las bandas de folk de referencia en este país. - Foto: Iván López
Estamos implicados y comprometidos. Tenemos muy claro lo que queremos. Estamos muy felices"
Peio Lekumberri

Ha encontrado El Nido un sonido que los hace a la vez diferentes y reconocibles. Su sello personal e intransferible. Único. Pero no sólo es la música; es, también, la letra: hay memoria, hay tierra, hay río y cereal y álamos y sangre que viene de muy lejos, como insuflada por el sístole y el diástole de quienes habitaron la paramera desde antiguo, de quienes cantaron antes -cuando el mundo aún era viejo- al cielo abierto, al amor, al calor de la lumbre, a la nieve, al sueño... En su estilo está la tradición oral, la música popular, el cancionero de nuestros mayores... Resulta imposible no sentir que han tomado el testigo de formaciones como Orégano, por ejemplo, que tanto han hecho por dignificar la tradición. «Nuestra búsqueda, nuestro anhelo, es ser reconocibles: por la música, por el discurso. Creo que nos estamos asentando y la gira está ayudando a ello. Porque el directo es de donde bebe nuestra música, no sólo de la producción. Creemos que poco a poco estamos conformando ese sonido con el que la gente se sienta identificada y tome desde una perspectiva emocional, y con cariño, a la banda», señalan.

Ya están sintiendo esa buena acogida, el calor de la gente. «Percibimos cada vez más ese apego, y eso nos alimenta y nos anima para seguir». Las canciones de El Nido, que están enraizadas en la tradición tocan fibras de todas las generaciones; seducen por igual a niños que jóvenes o mayores. Esa es una de las claves de su éxito. Y de su magia. «Cuando actuamos en pueblos vemos que sucede eso. Y es algo muy bonito ver el rango de edades. Y que todos disfruten. Todos conectan por una u otra cosa. Poder comunicar y sentir que nuestra música no tiene edad porque llega a todos es muy hermoso».

Sentir que nuestra música no tiene edad porque llega a todo el mundo es algo muy hermoso"
Rodrigo Cachorro

Tienen claro que el panorama musical español está registrando una revitalización de los sonidos de raíz en todos sus ámbitos. «Y hay una base de público, que es lo más importante.El universo en el que se puede beber es muy amplio. Pero sin público, no habría tantas propuestas. La música folk no se queda solo en las plazas de los pueblos, que es su lugar de origen, sino que ahora llega a espacios más amplios, que llenan fiestas de ciudades o grandes festivales. Eso tiene valor porque hay un discurso detrás. Ese relato que no debe olvidarse. Nosotros no reivindicamos nada; sencillamente hacemos la música que nos gusta.

Sí nos gusta pensar que en este país, durante muchos años, se han hecho canciones pensando en Bob Dylan o en The Smashing Pumpkins, que están genial y nos encantan, pero no se hicieron tantas pensando en la tía Máxima, por ejemplo. Por eso es bonito beber no sólo de la cultura anglosajona. Pero no somos adalides de nada. Nos gusta pensar que es una inspiración honesta que ahora tienen muchas bandas de este país».

Nos sentimos afortunados porque hacemos lo que nos gusta a la vez que aprendemos por el camino"
Eneko Lekumberri

El público está dando la razón a esta formación. Y también la crítica, que la ha celebrado con encendidos, -y justísimos- elogios. Ellos, felices. «Nos sentimos muy agradecidos por la acogida. Pero no dejamos de ser un grupo de amigos que llevan tocando juntos mucho tiempo. Nunca llegamos a pensar en llegar hasta aquí, eso es cierto. Y sí que nos ha asombrado, pero también tenemos los pies en el suelo y lo sentimos como un proceso gradual. Nos queda mucho trabajo por delante. Queremos seguir y que esta sea nuestra forma de vida. Porque nos gusta, porque nos apasiona.S entimos orgullo e ilusión porque aunque estamos en el camino todo es consecuencia de mucho trabajo».

Sentimos orgullo e ilusión porque es la consecuencia de mucho trabajo. Y somos como una familia"
Álvaro Herreros

Es pura implicación la suya, ya que no todos viven en Burgos. Hay mucho compromiso y sacrificio. «Tenemos muy claro lo que queremos». Aunque su calendario es exigente (tienen que compaginar sus trabajos con los ensayos y la gira), compartir la experiencia de estar en la carretera les permite también convivir más estrechamente y disfrutar de la amistad que les une. Se les acaban los elogios para ese genio llamado Diego Galaz que tanto les ha ayudado. Y usted, lector, si no ha escuchado nunca a este grupo, haga el favor de buscar alguno de sus temas. Llénese de luz con canciones como Suéltame o sueñe con Nana para un corazón. Se quedará a vivir dentro de ellas.