La Guardia Civil ha echado mano de la ‘Ley Mordaza’ para denunciar a un fotógrafo de Diario de Burgos por no borrar las fotografías de un accidente laboral ocurrido en la fábrica de Skretting en Cojóbar la tarde del pasado 1 de marzo, donde falleció un obrero burgalés de 24 años, y que fueron publicadas al día siguiente. Según los agentes, el periodista se encontraba en una zona privada, si bien reconocen en el propio oficio que el terreno no estaba vallado, así como tampoco se delimita de ningún modo ni existe cartel alguno que prohíba el paso.
La Subdelegación del Gobierno en Burgos ha incoado un expediente sancionador al trabajador de este periódico por infracción grave, en el que la instructora propone una sanción de 601 euros, la mitad si se procede al pago voluntario en 15 días. El precepto es el artículo 36.6 de la Ley Orgánica 4/2015, conocida como ‘Ley Mordaza’, por desobediencia o resistencia a la autoridad y negativa a identificarse.
La patrulla del puesto del Alfoz de Burgos que intervino en el suceso asegura en su oficio de denuncia que el fotógrafo entorpeció la labor policial y judicial de investigación, pese a que el cadáver del operario fallecido ya no estaba en el lugar del suceso -al menos no en el exterior- y ni el médico forense ni el personal de la Inspección de Trabajo fueron incomodados en ningún momento.
Los agentes actuaron a requerimiento del director de la planta,Juan Carlos Pérez García, y su responsable de Recursos Humanos, Sonia Fajardo Mínguez, a los que ponen como «testigos directos de la intrusión», y que en todo momento trataron de evitar que este periódico tomase fotografías para informar de las circunstancias de un accidente laboral en el que, según informaron fuentes sindicales, se apreció indiciariamente una «falta evidente de medidas de seguridad» en las obras de ampliación de la planta de piensos.
En la denuncia los agentes añaden que el profesional no quiso identificarse con el DNI sino con el carné de prensa, cuando según la versión de este fue uno de los propios guardias el que le pidió el documento profesional y no el de identidad.
El fotógrafo añade que no accedió al recinto de la fábrica sino que caminó por la vía verde hasta llegar a un alto en el que se veía la zona trasera de la instalación y desde donde tomó las imágenes que después le mostró a otro agente de la Benemérita y que fueron publicadas al día siguiente por este periódico. Se trata de fotografías meramente informativas, en las que no aparece ni el cadáver ni primeros planos de trabajadores, investigadores o familiares.