Un médico de Atención Primaria que acaba de solicitar una ecografía en el HUBU con carácter preferente tendrá que esperar hasta mayo del 2024 para confirmar o descartar un diagnóstico, ya que, la semana pasada, el hospital daba citas para este tipo de estudios que se consideran urgentes para dentro de casi siete meses (14 de mayo del año que viene). La demora para esta prueba mediante imagen en la capital dista de ser nueva, y, de hecho, la Consejería de Sanidad acordó derivar 1.000 ecografías a lo largo del 2023 a San Juan de Dios para desatascar los ecógrafos del complejo asistencial. Un objetivo que, a juzgar por los plazos de las citas y los últimos datos de lista de espera, aún está por alcanzar.
En este caso concreto, Atención Primaria solicita un 24 de octubre una ecografía urgente de abdomen y, al día siguiente, el HUBU pone fecha en el, se supone, primer hueco libre de la agenda: 14 de mayo del 2024. De no haber cambios, la demora del diagnóstico que depende de este estudio se prolongará mucho más de lo que el hospital admitía como espera media a finales de septiembre: 201 días frente a los 75 que, de media, figuran en la estadística oficial. Y eso teniendo en cuenta que se trata de una solicitud «preferente» que, según indica la Consejería de Sanidad en el glosario de términos relativos a la lista de espera colgado en su página web, «una solicitud preferente será aquella que debe realizarse en un máximo de 15 días», porque se considera de prioridad 1. Tanto para consulta externa como prueba.
Las razones para el incumplimiento de lo establecido en la normativa son varias. La primera, que en los últimos años se ha producido un aumento exponencial de la solicitud de pruebas diagnósticas mediante imagen -de todas, no solo de las ecografías- que excede a los recursos técnicos y humanos del hospital, lo cual genera lista de espera. Según información oficial, el servicio de Radiodiagnóstico del HUBU tenía 1.717 ecografías pendientes a finales de septiembre; es decir, 400 más que en mismas fechas del 2022 y, en general, la segunda lista más abultada de todos los hospitales de la Comunidad para esta prueba, justo por detrás de Ávila (2.622)
Parte de este atasco se generó durante lo peor de la pandemia, cuando se cancelaron miles de pruebas que hubo que reprogramar, pero otra parte ya se arrastraba en un servicio apurado de personal también desde hace tiempo. Ahora, de hecho, la gerente del HUBU, Ana Lucía Fernández, reconoció estar «preocupada» por el déficit de radiólogos que, a primeros de octubre, era de cinco especialistas sobre un total de 28. Es decir, de algo más del 17% de la plantilla facultativa.
Y, al parecer, la externalización de mil estudios a San Juan de Dios, para que los asuman los radiólogos contratados por la congregación no es suficiente para paliarlo.