El barrio que antaño ocupó la antigua fábrica de Cellophane ha visto crecer edificios de forma imparable. Pisos que han acogido a cientos de familias y que últimamente están viendo cómo algunos de los locales que hasta hace no mucho estaban tapiados, van encontrando emprendedores que quieren abrir nuevos negocios. En los dos últimos años, cerca de una decena de establecimientos han arraigado en la zona atrayendo nuevas inversiones. Y en las próximas semanas se sumarán otros dos: un restaurante de hamburguesas para llevar y una panadería.
Son precisamente algunos de los negocios que echaban en falta los vecinos, que han visto cómo desde que llegaron hasta ahora han ido apareciendo servicios necesarios para cubrir sus demandas. «Con la panadería ya casi tenemos de todo, si abren la panadería y la comida para llevar prácticamente no nos va a hacer falta ir al centro», comenta Pilar, vecina de la zona, que añade que «hace 15 años aquí no había prácticamente nada y ahora se está muy bien».
La mayoría de las personas que viven en el entorno valoran este auge de aperturas como algo «muy positivo» que va dando ambiente. «Esta zona estaba un poco pobre, sí que es verdad que estamos cerca del centro, pero siempre es mejor tenerlo a la puerta de casa», apunta Ignacio, que pone en valor la cantidad de familias jóvenes que hay en este sector de la ciudad y lo necesario que es tener servicios para atenderlas.
Actualmente hay dos bares que cubren prácticamente toda la demanda, pero con la llegada del nuevo restaurante, de la Finca Santa Rosalía, se abrirá un tercer establecimiento hostelero. La idea de este negocio será el de un espacio para comida a domicilio. «Es el primer restaurante de take away que abrimos y el servicio va en la idea de las Food Trucks que tenemos distribuidas por toda España», concreta Carlos Trujillo, responsable de márketing de Santa Rosalía.
Trujillo incide también en la juventud que se establece en ese barrio. «Hay mucha gente joven, que es el público objetivo del tipo de producto que ofrecemos». Noelia, por su parte, trabaja en la peluquería Rosa Gutiérrez y el volumen de clientes con el que trabajan manifiesta que es alto. «Tenemos bastante jaleo, aquí no había nada antes y cuantas más cosas haya, más gente se beneficiará», señala.
El otro establecimiento que tiene previsto abrir es una panadería de El Horno, cubriendo así otra de las necesidades básicas. «Es verdad que tenemos el Mercadona aquí al lado y tiene de todo, pero no viene mal contar con establecimientos especializados», comentan algunos vecinos. Desde El Horno explican que el barrio de la antigua Cellophane «está creciendo» y les parece «un buen sitio».
Más crecimiento. Los negocios de la zona van a ver cómo en los próximos años se va a ver incrementado el número de vecinos con la llegada de las torres que se van a levantar en los márgenes del bulevar. Previstas para inicios del 2027, los dos bloques tendrán 18 y 17 alturas, a las que se suman los bajos y áticos. Éstos romperán por completo con la estética de un sector que se había llenado de edificios más uniformes.
Desde los comercios son conscientes que llegará más gente con estas nuevas promociones de vivienda y, en general, lo valoran como algo positivo. Desde la clínica de fisioterapia González Vega apuntan que «al final esto va creciendo y se van animando más personas a abrir establecimientos que le dan más vida al barrio». Tanto los comerciantes como los vecinos son conocedores de que todavía quedan mucho camino por recorrer para ir humanizando un distrito de nueva creación pero muy pujante. Mientras, y «poco a poco», se van cubriendo las necesidades que van más allá de lo básico.