Un botín con trampa

F.L.D. / Burgos
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La Policía Nacional detuvo hace poco a un conocido ladrón de bares tras asaltar Las Veguillas y llevarse una caja fuerte que tenía incrustado un GPS. Fue esa la pista principal que siguieron

El caco accedió por un ventanuco dedicado al reparto de comandas. - Foto: Christian Castrillo

Cuando el responsable del bar Las Veguillas se puso a mirar las cámaras que habían registrado un robo en su local, poco tardó en comprobar que el ladrón era el mismo que hace un año le había asaltado. En esta ocasión, su objetivo fue una caja fuerte en la que él guardaba los billeteros de la registradora. Con la ayuda de otros dos individuos logró arrancarla y llevársela en un vehículo sin que nadie se diese cuenta hasta el día siguiente. Lo que no sabían los delincuentes es que su botín era una trampa. Poseía un GPS que fue clave en la investigación policial. Ahora está entre rejas porque su currículum penal es sumamente largo.

Los hechos tuvieron lugar en verano. El ladrón, un viejo conocido de la Policía Nacional, llevaba unas cuantas semanas dando 'palos' a diestro y siniestro por establecimientos hosteleros de toda la ciudad. De hecho, se le imputan también dos asaltos en apenas tres días en el Buenos Aires de Villafría en las mismas fechas. Y ya tenía fichado a Las Veguillas porque el año anterior también consiguió entrar por una de las ventanas.

El local se había reforzado con rejas y ventanas blindadas para evitar su reincidencia. Pero aun así volvió. En esta ocasión, forzó con una palanca el ventanuco por el que se pasan las comandas los camareros. Su complexión física (muy alto y delgado), hicieron el resto. Logró entrar y fue directo a una caja fuerte en la que estaban guardados los billeteros de la registradora. Contó para hacerse con ella con la ayuda de otro sujeto. Una vez en su poder, la cargaron en un coche que conducía un tercero. Consiguieron llevarse varios miles de euros.

(Más información, en la edición impresa de este lunes de Diario de Burgos)