«Desde organismos oficiales sufro ataques, estoy apartado y muchos me insultan por hacer lo que hago», reconoce Jorge Rey. Sin embargo, este joven de Monasterio de Rodilla hace caso omiso y continúa investigando todo aquello que le rodea para obtener sus previsiones meteorológicas. Aunque uno de sus métodos para predecir el tiempo -las cabañuelas- es tachado de pseudociencia, sabiduría ancestral o incluso mera suerte, sus seguidores en redes sociales no dejan de crecer. Además de las hormigas, las grullas o las piedras, considera que las nuevas tecnologías son la clave para llevar a cabo una investigación científica y vaticinar el clima no solo en España, sino en el resto de países del continente europeo.
«¿Cómo hacerlo?», se preguntarán los lectores. «Gracias a los medios de comunicación hoy en día tenemos la capacidad de informarnos de ciertas cosas concretas, aunque no descarto en un futuro contactar con personas de otros lugares que investiguen la meteorología y formar una red de comunicación entre todos, con el fin de obtener datos y transmitírnoslos. Además, los dispositivos modernos como los satélites o las estaciones meteorológicas nos permiten consultar datos, mapas y modelos sin la necesidad de salir de casa», se responde a sí mismo.
El estudio del tiempo y dar previsiones lo más detalladas y fiables es «posible si uno sabe interpretar la naturaleza», comenta el estudiante de segundo de Bachillerato, que por el momento desconoce por qué campo continuará su formación. Lo que sí tiene claro es que continuará su trayectoria en el sector audiovisual ofreciendo a sus simpatizantes el pronóstico del tiempo prácticamente a diario. A través de su canal de Youtube, El tiempo con JR, desafía a la mismísima Agencia Española de Meteorología y augura que «cada vez el clima tiende a ser más extremo, pasando del frío al calor de forma inmediata», comenta.
Utilizo lo que observo en la naturaleza, como las hormigas o las grullas, para realizar mis predicciones"
Sus apariciones en internet generan polémica, aun así, este joven aficionado a la meteorología se ha posicionado como una de las personas más seguidas en cuanto a cuestiones climáticas se refiere. «Los trabajadores del campo están siempre muy pendientes de la predicción de las cabañuelas», manifiesta, «y sé que mis investigaciones resultan interesantes para ellos», añade. Se trata de una tradición ancestral basada en la observación de la naturaleza en dos periodos: entre el 1 y el 13 de agosto para conocer qué pasará en la primera quincena de los primeros meses del año siguiente, y del 13 al 24 de agosto para descubrir qué ocurrirá en la segunda quincena de los mismos meses.
Predijo Filomena y de sus previsiones se hacen eco multitud de medios de comunicación. Para la noche de hoy, la última del año, «parece ser que llegará un frente que en principio afectará a la zona cantábrica del país, dejando así algunas lluvias que se irán adentrando, borrascas que se irán adentrando con mucha más energía y potencia en las próximas semanas aquí en España si todo sigue su curso», sostiene.
Otros proyectos. Además de la naturaleza, el burebano, que parte de lo que ha aprendido se lo debe al pastor del pueblo, Rafael Sedano, también observa todos los fenómenos atmosféricos y los de más allá. Se atreve incluso a estudiar sobre el cambio climático «aunque haya gente que piense que no existe» y ha contactado con expertos del tema de varias universidades para solventar dudas.
Con las nuevas tecnologías tengo la posibilidad de estudiar la climatología de países lejanos"
Su labor como divulgador del clima continuará también en los pueblos de la comarca burebana, en los que ha impartido varias charlas relacionadas con la climatología y la investigación del medio, la última en Poza de la Sal, al igual que con la construcción de una red de estaciones meteorológicas, con las que estudia los efectos del cambio climático en zonas concretas. Buniel, Berzosa de Bureba o Quintanaurria ya cuentan con ellas.