La hostelería urge controlar botellones y fiestas

L.M.
-

Los empresarios lamentan que la Junta les obligue a «comerse el sapo» y recuerdan que la medida ya ha demostrado no ser útil para bajar contagios

El consumo en barra queda prohibido en los locales de noche. - Foto: Luis López Araico

No por esperada, la decisión de la Junta de aplicar restricciones al ocio nocturno cayó ayer como un jarro de agua fría entre los empresarios burgaleses. «En el momento más álgido de pandemia ya se señaló al ocio nocturno, los bares o la restauración», recordó ayer Juan Antonio Llorente, presidente de la Asociación de Bares Especiales de Burgos, que insistió en que esas medidas no repercutieron en la bajada de contagios. «Entonces obtuvimos por parte de la Junta el silencio por respuesta», indicó.

En la misma línea se expresó Fernando de la Varga, presidente de la Federación de Hostelería, que mostró sus dudas por las declaraciones del vicepresidente de la administración regional,Francisco Igea.«Se supone que el ocio nocturno tiene que cerrar a las 2 de la madrugada, ¿pero un bar, restaurante, cafetería o gastrobar que tenga licencia puede abrir hasta las 2:30?», se preguntó.

Es por ello que ambas asociaciones insistieron por activa y por pasiva en reclamar un mayor control del botellón y las fiestas privadas.«Si cerramos la hostelería controlada y luego ese descontrol se traduce en reuniones sin ningún tipo de límite poco vamos a ganar.Igual que ahora se nos criminaliza y exige un nuevo esfuerzo, nosotros pedimos a las autoridades competentes que hagan hincapié y fuerza en evitar el contacto social sin control», reclamó De la Varga.

Con respecto a la posibilidad de seguir abriendo los locales de ocio nocturno bajo estas nuevas restricciones, Llorente confesó que bajo la actual tesitura es inviable.«Económicamente se debería cerrar pero es imposible», lamentó.La mayoría de empresarios del sector sacaron recientemente a sus empleados de los ERTE al no tener previsión alguna de nuevas medidas de control, por lo que incluirlos de nuevo queda prácticamente descartado.«Está perfectamente calculado para que haya unas repercusiones controladas, nos comemos este sapo pero no podemos ejercitar las acciones que nos ayuden a minimizar el desastre económico que nos viene encima», aseguró Llorente.

Sea como fuere, el presidente no ve otra salida para el sector del ocio nocturno que «apretar los dientes y cruzar los dedos».En el horizonte, reconoce el presidente de la Asociación de Bares Especiales de Burgos, solo queda el inicio de la vacunación a las franjas de edad más jóvenes, su rama potencial de clientes. «Estábamos teniendo un verano algo bueno a nivel de facturación y ahora todo se ha paralizado», sentenció.