El Ayuntamiento de Aranda de Duero encadena varios trimestres sin plantilla suficiente para leer los contadores de agua. Y sin lectura, no hay cobro posible. Así que los vecinos de la capital ribereña llevan casi un año sin pagar la tasa correspondiente por el consumo de agua potable en sus domicilios. El 'agujero' con el que se ha encontrado el nuevo equipo de gobierno ronda los 2,3 millones de euros, que están pendientes de ingresar, según confirman fuentes de los servicios económicos municipales.     

Detrás de este panorama, que tanto el alcalde arandino, Antonio Linaje, como el concejal de Medio Ambiente, Carlos Medina, no dudan en calificar de «heredado», se halla «el problema crónico de la falta de personal», hasta el punto de que «no ha habido capacidad para que nadie vaya a leer los contadores». Según detalla Medina, los servicios municipales no efectúan una lectura directa desde el cuarto trimestre de 2021. A partir de ahí, se optó por realizar una estimación del consumo, algo que provocó multitud de reclamaciones, sobre todo, en las segundas residencias. En algunos casos, la simulación se llevó a cabo en el segundo trimestre, cuando se llenan las piscinas.

El problema es que este dato se mantuvo en sucesivos trimestres, a pesar de que muchas de estas viviendas se hallan vacías. De ahí las quejas. Así que desde Gestión Tributaria «se decidió no seguir así», como explica Linaje, al tiempo que matiza que esta fórmula de la lectura estimada se puede emplear «puntualmente, pero no de manera continuada en el tiempo». Por su parte, el edil de Medio Ambiente precisa que la medición simulada dejó de hacerse en el cuarto trimestre de 2022, lo que se traduce en todo un año en blanco. Ni lectura de los contadores, ni cobro de la tasa.

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