Para los investigadores de la Policía Nacional que llevan el caso del crimen a golpes de un celador del HUBU el pasado mes de junio en calle Vitoria sigue siendo una incógnita por qué los detenidos fijaron el foco en el fallecido y su amigo y por qué se emplearon con tanta violencia. Lo que tienen claro es que actuaron con premeditación, porque en la grabación de los hechos se observa que ven a las víctimas cuando se hallaban en un banco circular próximo a Hacienda, las sobrepasan y después regresan embozados en sus camisetas. Un minuto y algo después se acercan a ellos y empiezan a golpearlos. ¿Pero por qué?
Los policías de la Brigada Judicial interrogaron al hombre que lo acompañaba en la madrugada del 18 de junio a las 5,30 horas, momento en que se produjo el homicidio, pero no recuerda nada de lo sucedido. También fue agredido, pero pudo levantarse del suelo y regresar a su domicilio. Solo cuando se levantó al día siguiente se percató de las lesiones que sufría. O sea, que su declaración no sirvió para desentrañar el móvil del homicidio.
Tampoco contribuyeron a ese propósito los conocidos de los arrestados -de 18 años y en prisión- con quienes se encontraron unos minutos después de la agresión en un pub de la zona de Calzadas. Y los detenidos se negaron a declarar tanto en Comisaría como en el juzgado instructor.
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