El uso del bus urbano en Aranda crece pese a los retrasos

I.M.L. / Aranda de Duero
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Ayuntamiento y empresa buscan cómo informar en tiempo real el paso por cada parada

La última línea que se ha implantado en el servicio de autobús urbano de Aranda llega hasta Sinovas y Costaján. - Foto: Patricia

El uso del servicio de autobús urbano en Aranda de Duero mantiene la línea ascendente de los últimos tiempos, a pesar de que los viajeros tienen que soportar retrasos a la hora de esperar en las paradas repartidas por toda la ciudad. Hasta el mes de octubre, cerca de 92.000 personas utilizaron el transporte urbano en la capital ribereña frente a las 83.000 registradas en las mismas fechas de 2023, lo que corresponde a un incremento del 10% en un año.

Entre las dos líneas principales que recorren de forma circular todo el casco urbano, además de la última incorporación al servicio que conecta con Sinovas, la urbanización Costaján y la comisaría de la Policía Nacional, tienen una demanda de viajeros pareja, con una diferencia que supera por poco los 1.700, con una media que roza los 45.600 usuarios por línea. La media mensual en lo que va de año se sitúa en 9.118 viajeros, pero esta cifra varía de forma significativa según la época del año. El mes con mayor demanda del transporte público urbano fue octubre, con 12.789 usuarios, mientras que la época de verano se constata una reducción significativa, con un nivel de utilización de 7.043 de agosto, que marca el mínimo anual.

Desde el equipo de gobierno en el Ayuntamiento arandino valoran estos datos de forma satisfactoria. «Es un servicio que, como se puede ver, tiene una demanda creciente, lejos de la imagen que a veces se ha querido dar de él y de los comentarios que ha tocado oír, el número de usuarios se sigue incrementando», apunta Carlos Medina, concejal de Servicios del Consistorio, que insiste en que «es un servicio que a futuro tiene mucho potenciar, y más en un contexto en el que queremos potenciar la movilidad sostenible y reducir el uso del vehículo privado en casco urbano y eso pasa por proporcionar alternativas».

Aun así, Medina reconoce que hay un problema con el cumplimiento de los horarios del servicio y alude a un trabajo conjunto con la empresa gestora, Clemente Dávila, para paliarlo. «Estamos buscando de qué manera sea más sencillo consultar los horarios y que cualquier tipo de retraso o delación del servicio se pueda consultar en tiempo real, estamos trabajando con la empresa distintas soluciones técnicas a ver cuál es la más eficientes y la que puede resultar más fácil de implementar», expresa, sin ahondar en las posibles soluciones.

De forma paralela, la finalización del contrato de gestión el año que viene aboca al Ayuntamiento a plantear la prórroga mientras se redacta un nuevo pliego. «El pliego está a punto de vencerse, y ya está obsoleto tanto en las necesidades que buscaba cubrir como en los medios con los que se le dotaban», reconoce Medina, que confirma que «no nos queda más remedio y más margen que acometer una prórroga porque para hacer las cosas bien se necesita tiempo».

Como paso previo, se va a elaborar un estudio de necesidades y tráfico para conocer «qué nuevas líneas serían necesarias y cuáles se podrían desarrollar», apunta el edil, para determinar lo más adecuado de cara a este servicio, que se está valorando como «un nuevo pliego o la incorporación a una posible empresa municipal». Mientras tanto, se intentará llegar a un acuerdo con la adjudicataria para «hacer que el servicio sea lo más predecible posible, para los usuarios habituales y los que hacen un uso puntual del mismo, que la gente pueda saber en un tiempo razonable a qué hora pasará un autobús».