Las obras de regeneración del espacio urbano incluido en la primera fase del ARU Santa Catalina en Aranda de Duero va a reducir el tránsito de vehículos entre Los Bloques, que es como se conoce de forma popular los siete edificios idénticos que suponen las últimas edificaciones residenciales en el término municipal arandino en su extremo este. El proyecto que está a disposición de los ciudadanos tras su aprobación inicial, y sobre el que se pueden presentar alegaciones hasta el 17 de noviembre, propone que de las siete calles que transitan por esta urbanización, tres se conviertan en peatonales. «Se plantea la restricción del tráfico rodado en exclusiva a los habitantes de los bloques que viven en ellos; se considera que la circulación rodada de algunas calles no es necesaria para el correcto funcionamiento de la red», especifica el proyecto, en referencia a las calles Briviesca, Lerma y Roa de Duero.
En el resto del entorno de estas viviendas, la estrechez de las aceras lleva a proponer «su ampliación y la renovación del pavimento» con la creación de unos itinerarios seguros que afecta a las calles Belorado, Castrojeriz, Miranda de Ebro y Sedano, donde también se reducirá la calzada y se convertirán en vías de un solo sentido, aprovechando las obras para eliminar todo el cableado de las fachadas y soterrarlo. En aquellas zonas que pasen a ser peatonales, se aprovechará para crear zonas verdes.
En el caso de la plaza que se va a crear en lo que ahora es el patio delantero del Centro Cívico Virgen de las Viñas, que también se ha incluido en esta primera fase, el proyecto busca que se convierta «en el corazón del barrio» para «que los ciudadanos se identifiquen con ella y la sientan como una pieza singular dentro del entramado urbano». Es con este objetivo que, en vez de plantear un diseño de inicio, se quiere realizar «un proceso participativo en el que los vecinos intervengan directamente para sentar las bases de su diseño», partiendo de la base de que se pretende conservar el arbolado existente.
A millón por bloque. En la parte del proyecto que afecta a la rehabilitación de las viviendas, en el área elegida para la primera fase de este ARU existen 240 viviendas pero 60 de ellas se han quedado fuera y en ellas no se podrán ejecutar mejoras en esta ocasión, a la espera de lograr una nueva financiación. Para los 180 pisos que sí que van a poder mejorar sus condiciones en esta ocasión, a diez por portal, el coste de la obra por cada bloque de tres portales cada uno es de 950.000 euros, hasta alcanzar los casi 5,7 millones que se van a invertir en esta actuación de mejora.
Las obras de mejora de estos edificios, que deberán estar finalizas en junio de 2026, deben centrarse en la accesibilidad y la eficiencia energética, sin olvidar algunas actuaciones puntuales sobre elementos comunes de los inmuebles, las instalaciones o el tratamiento de las humedades que han surgido con el paso de los años y las incidencias climatológicas.
Para lograr reducir en un 35% la demanda de energía para la calefacción y la refrigeración, todos los inmuebles necesitan la rehabilitación integral de las fachadas y de los tejados, además de cambiar todas las ventanas para evitar la pérdida de calor o la entrada del mismo, junto a mejorar la iluminación de las zonas comunes en todos los portales. A la espera de que la red de calor llegue hasta esta zona del barrio de Santa Catalina, todos los inmuebles se conectarán a ella y se eliminarán las calderas de gas, lo que supondrá «la reducción en el consumo de energía primaria no renovable y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en un 90%».
En cuanto a la accesibilidad, todos los portales deberán eliminar las barreras arquitectónicas, como algunas escaleras de acceso, y se instalará en todos ascensor, que necesariamente tendrá que ocupar parte del espacio público porque en el interior de los edificios no hay espacio para instalarlo.