La 'delincuencia sénior' se duplica en Burgos

FERNÁN LABAJO / Burgos
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La cronificación de las conductas penales de algunos detenidos y el móvil sexual están detrás de este fenómeno

Foto de archivo de una intervención de la Policía Nacional. - Foto: Luis López Araico

Hay personas tan incorregibles que nada más salir de la cárcel, pese a estar ya en edad de jubilación, vuelven a caer en los mismos errores del pasado. Una cronificación criminal que ni una década entre rejas puede sanar. Esta reincidencia y, sobre todo, el incremento de las denuncias de delitos sexuales y de violencia machista están detrás de un espectacular repunte de la delincuencia entre los sexagenarios. En la última década, las detenciones a personas de más de 65 años se han duplicado y también han crecido un 50% las de un perfil de gente que tiene entre 41 y 64.

Puede que sea una cuestión educativa, pero en la Comisaría Provincial reconocen que en los últimos años el principal perfil de investigado por delitos sexuales o de violencia contra las mujeres suele tener edades que rozan y superan los 60 años. Los datos del Ministerio del Interior refrendan esta sensación. La progresión de arrestos  de este rango por maltrato ha sido claramente ascendente, pasando de 107 en 2013 a 243 en 2023 (última estadística publicada). En el caso de los abusos y agresiones sexuales ocurre tres cuartos de lo mismo: de 10 a 35. Un inspector de la brigada Judicial de la Comisaría Provincial de Burgos explica que «ahora hay mucha más información y se denuncia más. Creemos que puede ser una cuestión cultural: personas que tenían ciertos comportamientos delictivos machistas arraigados».

Los tocamientos en plena calle son el mejor ejemplo. Este inspector advierte de que en los últimos años han detenido a varios individuos que se dedicaban a abusar de mujeres en plena calle. Pero también lo son las amenazas, las coacciones o los malos tratos en el ámbito de la pareja. «Por suerte, la mujer ya no tolera ciertos comportamientos violentos», subraya.

Pero detrás de este fenómeno delincuencial, que en Burgos es mucho más evidente que en el resto de España, también está la mencionada reincidencia de una serie de viejos conocidos de la Policía Nacional. Personas con decenas de antecedentes a sus espaldas y a las que conocen como 'puretas'. «Es gente que empezó su carrera criminal con 20 o 25 años, que se pasan una buena temporada en la cárcel y que, nada más salir, vuelven a las andadas», indica el mando policial.

Este perfil se encuadra sobre todo en dos tipologías penales: los robos con violencia o los narcotraficantes. En ambos casos, la cárcel no termina de reinsertarles en la sociedad y nada más poner un pie en la calle actúan como si el tiempo no hubiera pasado por ellos, aunque lo cierto es que ya peinen canas. De ahí que muchas veces los agentes se sorprendan cuando les detienen. «Llama la atención, sobre todo en los delitos de droga, porque no es algo habitual», reconocen desde la Comisaría.

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