Un vecino de Miranda de Ebro presentó una denuncia en la Comisaría después de descubrir que unos ladrones habían entrado en una lonja de su propiedad. En el interior del local no se acumulaba una serie de elementos cualquiera, sino que sus paredes servían de refugio para 40 canarios de diferentes colores. El denunciante trasladó a los agentes que los asaltantes se llevaron a todos estos pájaros, por lo que la Policía Judicial ha terminado tomando las riendas de la situación e investiga lo sucedido, aunque, según ha podido saber este periódico, todavía no se ha avanzado en las pesquisas.
Los hechos tuvieron lugar el lunes, poco después de que el sol se escondiera en Miranda y dejara paso a la noche. Los ladrones aprovecharon la oscuridad propia de esa franja horaria para adentrarse en el inmueble, que está en uno de los edificios de la calle San Lázaro. Se trata de una vía situada junto al Casco Viejo, que se encuentra muy cerca del Conservatorio Municipal Dionisio Díez y que normalmente no registra demasiado tránsito ni de viandantes ni de vehículos porque, de hecho, no tiene salida para los coches.
En cualquier caso, este llamativo suceso dista mucho de los últimos que habían trascendido en la ciudad del Ebro, como la oleada de robos en establecimientos hosteleros que golpeó al municipio hace apenas unas semanas. En aquellos casos, la banda de ladrones, que ya fue detenida aunque el Juzgado terminó ordenando su puesta en libertad, se escondía bajo el manto de la noche para reventar con alcantarillas u otros objetos pesados las lunas de los locales y llevarse el dinero en efectivo que pudieran encontrar bien fuera en las cajas registradoras o en las máquinas tragaperras.
De la misma forma, los hechos ocurridos en la calle San Lázaro también tienen sendas diferencias con otros asaltos relativamente recientes, como algunos sufridos en viviendas del barrio de Los Ángeles que tuvieron lugar a plena luz del día.