Mensajes del más acá

P.C.P. / Burgos
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Las clarisas y sus mentores se refugian en el convento de Belorado y recurren a las redes sociales para comunicarse con el mundo, y con la Diócesis de Burgos

Don José, el ayudante del obispo excomulgado Pablo de Rojas, con los periodistas el 15 de mayo a las puertas del convento de Belorado. - Foto: Alberto Rodrigo

Comentaba Julio Mateo, el padre de sor Sión que «el concepto que tienen las personas de fuera de la clausura de las clarisas está totalmente distorsionado». Trataba de explicar que visitaba a su hija siempre que podían cuadrar agendas y que de restricciones para comunicarse las religiosas de Belorado y sus familias, nada de nada. Y lo hacía en una soleada mañana, rodeado de micros, cámaras y grabadoras, con el crucero del convento de La Bretonera de fondo y rivalizando en apariciones televisivas con un sacerdote experto en servir gintonics y dry martinis

Si como afirma Mateo la visión de muchos sobre la vida claustral estaba distorsionada antes, tras el escándalo que estalló del día de la Virgen de Fátima ha quedado completamente desfigurada. Más después de asistir durante 72 horas a una sucesión de declaraciones, exclusivas, comunicados y vídeos cruzados que han dejado completamente descolocados a fieles y ateos por igual. 

El jueves 16 se acabó la fiesta. Tras encadenar dos exclusivas con Ana Rosa, cebar al resto de programas y medios de comunicación y cebarse con insultos contra el arzobispo Mario Iceta, decidieron echar a los periodistas del recinto conventual como Jesús a los mercaderes del templo y atrincherarse con el excomulgado Pablo de Rojas. O bien han explicado ya todo lo que daba de sí el invento este de la Pía Unión de San Pablo Apóstol, o bien se han percatado de que el espectáculo y el colegueo se les estaban yendo de las manos y más que una imagen de iglesia verdadera, como defienden ellos que son, se asemejaban a una banda de farsantes con un fantoche al frente. Como dijo sor María Amparo en la entrevista que concedió a Diario de Burgos al hablar del falso obispo y de su portavoz, José Ceacero: «Es que me da la risa».

Y se hizo el silencio. Un mutismo que solo han roto en sus redes sociales para colgar fotos y vídeos de ceremonias diversas en la capilla del convento. La última, subida al filo de la medianoche de ayer por la Pía Unión para jactarse de que la comunidad de clarisas está sometida a De Rojas y su secta con la celebración de un «Glorioso y Triunfante Te Deum», el himno de acción de gracias que la Iglesia Católica reserva para momentos especiales, como canonizaciones o elecciones de nuevos papas, y que antiguamente se cantaba también en las coronaciones de los reyes. 

En un vídeo de casi dos minutos se puede ver y escuchar a 11 religiosas cantando en latín, una de ellas toca además el órgano, mientras el falso obispo y su ayudante José Ceacero ofician una ceremonia en el altar de la capilla burgalesa. También se observa al menos a dos personas que siguen el oficio detrás de las rejas que separan la zona de clausura de la del público, más quien graba las imágenes. Estas se han publicado acompañadas de un texto en el que la Pía Unión festeja 'la primera Misa celebrada el día 13 de mayo de 2024, por S. Ilma. Rvdma., desde que entró en vigor el inválido Novus Ordo Missae (N.O.M.) el día 03 de abril de 1969» y el hecho de que la comunidad de Clarisas haya «abrazado... la Fe Católica, abjurado de los errores de la iglesia conciliar, y someterse a mencionado Obispo Católico', escriben, para a continuación facilitar el número de cuenta en el que realizar donaciones.

Su última publicación databa del 8 de marzo y no terminaba con latinajos sino con un '¡Arriba España! ¡Viva España! ¡Viva Cristo Rey'. Más activas están las monjas de Belorado y Orduña, que crearon una nueva página web llamada Te Hago Luz, a la que han subido además de los documentos que provocaron el cisma, fotos y grabaciones de las ceremonias con De Rojas, además de un selfi y un par de vídeos con sor Sión como presentadora, el último hace ya una semana. Pero al arzobispo siguen sin llamarle.