Después de incontables amagos, propuestas urbanísticas, tanteos políticos, conversaciones entre administraciones, puestas en común, puntuales acercamientos y largas pausas el silo deCapiscol se encuentra en el mismo punto que hace 20 años y la situación promete alargarse en el tiempo si la tozuda realidad no acelera antes un proceso que habrá que asumir en algún momento.
Fue en diciembre del ya lejano 2003 cuando el gran almacén de grano finalizó su actividad y todo sigue igual.Por un lado, nadie sabe qué hacer con una dotación tan voluminosa como complicada de 'reciclar'. Por otro, el asunto es engorroso y tampoco es una prioridad. Es un problema con varias aristas que necesita una solución consensuada entre la Junta y el Ayuntamiento, pero este acuerdo no se ha producido una vez completados cinco ciclos políticos y tampoco se tratará a corto o medio plazo.
Cabe recordar que la administración regional es la propietaria mayoritaria del terreno desde que el Ministerio de Agricultura lo dejó en sus manos. Ahí comenzó un largo peregrinar sin rumbo y pronto surgió una pregunta aún sin respuesta. ¿Qué hacemos con el silo?
Lo único seguro en este momento es que la situación de la parcela situada en la esquina entre las avenidas Constitución y Derechos Humanos está bloqueada a la espera de una iniciativa en la que el interés general esté en sintonía con los números.
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