«No somos transportistas, los técnicos en emergencias sanitarias asistimos a los pacientes en cualquier momento o lugar. Y queremos que se reconozca». Alto y claro habla Raúl Molinier, el presidente de una nueva asociación de ámbito autonómico (TESCYL) que se presentó el sábado hoy en Burgos capital con intención de aglutinar en Castilla y León a todas las personas con título de Técnico en Emergencias Sanitarias; casi todos trabajan en las ambulancias, pero también hay «compañeros» en el centro coordinador del 1-1-2 en Valladolid. Es decir, su ámbito es el sanitario, pero su consideración legal, no. Y he ahí el primer objetivo del colectivo: «Somos un pilar de Emergencias, pero no se nos considera como tal. Pretendemos que se nos reconozca como personal sanitario y trabajar conforme a ello».
La diferencia no es menor, porque, según destaca Molinier, con la legislación vigente, los profesionales de esta categoría están asumiendo funciones que no deberían hacer. Y se explica aclarando, para empezar, que un técnico en emergencias sanitarias tiene un grado medio en formación profesional y una titulación oficial expedida por el Ministerio de Educación que lo acredita. A partir del 2014 es obligatoria la cualificación y el título, pero antes, no. Así que no todo el personal técnico de las ambulancias está acreditado como especialista en emergencias sanitarias. Pero, según lamenta Molinier, la ley los considera a todos 'técnicos de transporte sanitario'. «Nosotros nos dedicamos a conducir [las ambulancias], pero también somos complemento y asistimos al equipo de médicos y de enfermeros», dice.
El mundo de las ambulancias es complejo desde el punto de vista administrativo, ya que parte del personal depende directamente de Sacyl -médicos y enfermeros- y la otra parte -técnicos-, de las empresas adjudicatarias del servicio. En Burgos, de Ambulancias Rodrigo (HT Group).
Pero, en algunos tipos de ambulancia (las de soporte vital básico) el contrato establece que solo viajen dos técnicos. Y hay muchas de este tipo: solo en Burgos, 18 frente a 4 de soporte vital avanzado y medicalizadas. «Y si tu consideración legal es de técnico de transportes, cuando vas a la casa de un paciente, tienes unas limitaciones», dice Molinier, explicando que es habitual que el técnico tome las constantes o que mida el nivel de oxígeno en sangre «y en teoría no deberíamos». Es más, deberían esperar a que el centro coordinador del 1-1-2 de Valladolid les indicara que lo hicieran. «Pero prima el paciente y como estamos titulados, preparados y formados, nos extralimitamos un poco», admite.
Esta circunstancia impide que estos profesionales tengan un seguro de responsabilidad profesional, que TESCYL ha negociado para sus asociados. Al mismo tiempo, facilitan un carné que los acredita como técnicos en emergencias sanitarias «porque, que yo sepa, no hay ninguna identificación oficial». Además de tratar de tener una reunión con el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, para el reconocimiento como sanitarios, promoverán la creación de un colegio profesional, ya que estiman que en Castilla y León hay algo más de 3.000 técnicos de emergencias.
A lo que no se van a dedicar es a ejercer de sindicato y así lo subraya Molinier: «Buscamos el entendimiento con la gerencia de Emergencias y con las empresas».