La transformación de Khyri Thomas

CARMELO PALACIOS
-

El escolta americano aterrizó en Burgos en febrero tras varios meses sin competir y comenzó un plan para llegar a tope a la fase final. Bajó ocho kilos en los primeros 10 días, perdió grasa y ganó músculo hasta recuperar la forma

Khyri Thomas, sonriente en las gradas del Coliseum en la semana de la Final Four. - Foto: Alberto Rodrigo

El fichaje de Khyri Thomas por el Hereda San Pablo a mediados de febrero generó una expectación tremenda en el mundillo del baloncesto nacional. Un jugador con experiencia en la ACB, la Euroliga y la NBA había aceptado el reto de bajar a la LEBOro para ayudar a los burgaleses a lograr el ascenso. La incorporación tenía 'trampa' porque llegaba a las orillas del Arlanzón después de más de medio año prácticamente parado por motivos personales. El gran desafío era ponerse de nuevo en forma para el tramo decisivo de la temporada y el cuerpo técnico diseñó un plan que ha hecho que ahora esté muy cerca de su mejor versión.

El camino para volver a ser el que era no ha sido fácil. Thomas pasó el reconocimiento médico con el San Pablo el 16 de febrero y, como era normal después de tanto tiempo sin jugar, su estado de forma estaba lejos de ser el idóneo para competir a nivel profesional. «Llegaba bastante fuera de forma, como es lógico, y el objetivo era meterlo en la dinámica del grupo cuanto antes,  pero sabíamos que si lo metíamos directamente corríamos el riesgo de que sufriera alguna lesión. Creamos un plan para que llegara listo al play off o un poco antes», recuerda Dani Hernández, preparador físico azulón.

Thomas estuvo ejercitándose la primera semana al margen del equipo para ir recuperando poco a poco la condición física y su predisposición fue máxima para poder ayudar lo antes posible. Trabajo físico, gimnasio, ejercicios antes y después de los entrenamientos... todo para cumplir a rajatabla con el plan. «Lo  puso muy fácil porque es un gran trabajador y una gran persona. Cuando teníamos que ir al gimnasio o a la pista a hacer físico lo aceptaba bien», cuenta Hernández.

En apenas diez días, el escolta americano pasó de pesar 104 kilos a pesar 96 y con el transcurrir de los meses ha conseguido bajar otros tres. Es decir, ha perdido 11 kilos desde su llegada, ha bajado un 10% su nivel de grasa corporal y ha ganado músculo. «Pocas bromas con Dani», dice entre risas Thomas, que asegura que se encuentra muy bien físicamente y que tenía muy claro que debía dar un plus: «He trabajado con Dani e incluso yo solo. El San Pablo apostó por mí en una situación extraña, hizo un esfuerzo y yo sentía que también lo tenía que hacer para devolvérselo». 

 El plan que siguió Thomas sufrió un contratiempo en forma de lesión en el aductor durante el partido ante el Cáceres Patrimonio de la Humanidad, pero estuvo menos de una semana parado y apenas afectó a su preparación. Ahora se siente «listo» para sacar a relucir su talento, como  ya demostró en la eliminatoria del play off contra el Movistar Estudiantes. «Estoy deseando jugar y entreno duro todos los días. Toda la plantilla está viniendo a los entrenamientos, aunque sean voluntarios, los  veo a todos muy concentrados», señala.

¿La motivación? Desde fuera, la pregunta es de dónde saca la motivación de competir en LEBOro un jugador que ha disputado la NBA o la Euroliga, pero Thomas no duda y responde rápido. «Este es un equipo ganador. Ha conquistado dos Champions seguidas y  ahora tenemos la oportunidad de ganar otro título. Quiero ser parte de esa historia. Yo he ganado premios individuales, pero nunca como equipo, así que me hace mucha ilusión».

Además, el escolta americano está alucinando con la respuesta de la afición, una pasión que no ha vivido nunca en toda su carrera: «La ciudad está volcada con el San Pablo. Lo veo en el Coliseum con 9.000 personas y también cuando voy a cenar y hay siempre gente apoyándote. ¿Y las colas para coger la entrada? López mandó una foto al grupo y dije: '¿qué es esto?, ¿por qué mandas esto?, ¿qué ha pasado?' y nos dijo que era gente esperando para sacar una entrada. Entonces pensé: 'Todavía falta una semana. ¡Dios mío! Esta Final Four va a ser una locura'». 

El San Pablo apostó por mí en una situación extraña, hizo un esfuerzo y yo sentía que también lo tenía que hacer para devolvérselo»

El apoyo de la grada será, sin duda, una ventaja para el San Pablo. Thomas no siente «nada de presión» y cree que deberían «sacar el máximo rendimiento al hecho de jugar en casa». «Un equipo que ha sido dos veces campeón de la Champions se merece volver a la ACB. Hemos dado un paso entrando en la Final Four, pero tenemos que ascender».