Cinco servicios hospitalarios y cuatro centros de salud de la provincia aspiran a conseguir un nuevo reconocimiento de «excelencia» creado por la Consejería de Sanidad para promover la mejora continua en la gestión y, por tanto, en la asistencia que se le presta al paciente. En el caso del HUBU, los primeros elegidos para empezar el proceso son Cardiología, Cirugía Pediátrica y Medicina Intensiva (la UCI); en el Santos Reyes (Aranda), Pediatría y Traumatología; en el Santiago Apóstol (Miranda), Urgencias; y en Atención Primaria cuatro ambulatorios: el de Huelgas (en la capital), Aranda Sur, Miranda Oeste y el de Melgar.
Todos ellos acaban de completar la primera fase, de autoevaluación de decenas de aspectos del día a día en cuatro grandes áreas: derechos y atención a los pacientes, seguridad de los pacientes, gestión y, por último, estrategias implementadas para conseguir y mantener unos buenos resultados. Así, los tres servicios del HUBU (como los dos del hospital arandino y las Urgencias de Miranda) han tenido que analizar y valorar cómo hacen las cosas de acuerdo a unos criterios objetivos y estandarizados por la Consejería en cuestiones muy variadas: si los profesionales se identifican adecuadamente cada vez que van a atender a un paciente, si protegen su intimidad y su historial, si se lavan las manos, si toman medidas para evitar infecciones por el uso de dispositivos o en el quirófano, si la comunicación con el enfermo y su familia es efectiva, si atienden presencialmente o a través de medios telemáticos, si tratan de forma coordinada con otras unidades o centros sanitarios, si hacen sesiones clínicas o si la dirección del servicio implica a los profesionales en el día a día, fomenta la investigación o trata de «aprender de los mejores».
Estos son algunos de los muchos ejemplos que se pueden poner acerca de los formularios que los profesionales de los servicios han analizado y puntuado de acuerdo a los criterios estandarizados para hacer una suerte de auditoría interna. A partir de ahora, de abril a octubre, tienen que implementar el «plan de mejora» que han tenido que diseñar para conseguir progresos objetivos y cualitativos en los puntos en los que detectaron flaquezas y potenciar aquellos en los que ya hacían las cosas de acuerdo al criterio de «excelencia» que persigue la Consejería.
El último trimestre del año tendrán que «actualizar» su propia auditoría y, en función de los resultados, podrán solicitar el examen externo que acredite que cumplen con esos parámetros y que pueden obtener la distinción.