El proceso avanza con más lentitud de la esperada y deseada, pero avanza. El mercado provisional aguarda el inicio de una actividad prevista en este momento para el próximo mes de febrero, pero aún queda un largo camino por delante para que la infraestructura levantada en el corazón de la plaza de España abra sus puertas.
Y es esta cuestión, precisamente, la que ocupa a la concejalía de Comercio del Ayuntamiento de Burgos. Mientras el concurso para la adjudicación de los 22 puestos libres entre los 23 comerciantes aspirantes inicia su última fase, en el seno del bipartito preparan el camino para agilizar el traslado a los 28 espacios disponibles en la nueva dotación municipal.
Una vez se produzca la adjudicación definitiva de los puestos, el Consistorio dará luz verde para que comiencen las obras de adecuación de los espacios que abrirán al público. Una tarea que exigirá la mayor diligencia y coordinación y que estará supervisada por los técnicos municipales.
Y es que el responsable del área de Comercio, Raúl Martínez, marca dos premisas fundamentales. «Hay que salvaguardar el diseño del mercado provisional y agilizar los trabajos, pero con orden», zanja. El Ayuntamiento prohibirá, por ejemplo, la eliminación de muros para garantizar que se respete la infraestructura tal y como está concebida.
De forma paralela, se ha creado una comisión encargada de facilitar la mayor eficacia durante las obras y adecuación del Mercado Norte provisional. El nuevo horizonte marcado es el mes de febrero, pero Martínez asume que en estos casos resulta imposible determinar con exactitud los plazos.
El objetivo es que, en el caso de que deba asumirse un nuevo retraso, este sea mínimo. «Los tiempos definitivos los darán las empresas, pero estaremos vigilantes porque no podemos estar toda la vida con esto», asume. «Cuanto antes estemos en el provisional antes nos ponemos con los demás asuntos, como la demolición del viejo Mercado Norte», explica.
El área de Comercio reconoce la necesidad de atinar lo máximo posible con los últimos plazos marcados porque «urge agilizar la adecuación del provisional». Sin embargo, la experiencia vivida en los últimos meses invita a ser prudente porque el éxito de la misión depende de muchos factores.
«Hay que tener en cuenta la disponibilidad y los márgenes de maniobra de las empresas. Cuando los comerciantes pidan un elemento concreto a medida veremos cuánto tiempo necesitan para disponer de él», expone.
Martínez insiste en alcanzar un ritmo de trabajo que en el que la agilidad y el «orden» permitan desarrollar los trabajos con la mayor diligencia posible bajo la supervisión de la arquitecto municipal. Aunque febrero se presenta como un límite hoy ambicioso, el responsable del área de Comercio asegura que la adecuación del nuevo espacio «no puede retrasarse hasta verano» y por ello insiste en resolver esta compleja cuestión en el primer trimestre de 2024.
Calendarios fallidos. En Navidad del pasado año, el entonces alcalde, Daniel de la Rosa (PSOE), avanzó que la mudanza sería una realidad en «agosto o septiembre» del ejercicio en curso. Sin embargo, la realidad se impuso y con el paso del tiempo se marcaron nuevas metas.
Ya en verano, el actual bipartito formado por PP y Vox se comprometió a que el traslado fuera una realidad antes de Navidad, un objetivo que tampoco se pudo llevar a cabo. Tampoco podrá completarse este paso justo después de las fiestas y a lo largo de las próximas semanas se comprobará cuándo cerrará definitivamente sus puertas el Mercado Norte después de 56 años de actividad.