Sin oír misa en el Monasterio de Santa Clara de Belorado se han quedado una decena de vecinos de este municipio y de Pradoluengo que habitualmente acuden a las celebraciones religiosas de la comunidad que hoy ha desatado una tormenta en la Iglesia Católica al anunciar que abandona la tutela de Roma y pide el amparo de Pablo de Rojas, un falso obispo excomulgado en 2019 por Mario Iceta cuando estaba al frente de la Diócesis de Bilbao.
La puerta de la iglesia del convento, a la entrada de Belorado, está cerrada y tampoco se ha asomado nadie al torno, donde hay un teléfono de contacto para paquetería. No responden al timbre ni al teléfono fijo, aunque sí han contactado con la Guardia Civil para avisar de la presencia de periodistas, que han entrado al recinto con los vecinos para asistir a la misa, lo que finalmente no ha sido posible. Una patrulla ha acudido desde Pradoluengo y ha identificado a varios profesionales, para después entrevistarse con las religiosas y abandonar el convento minutos después.
No obstante, parece que sí se ha celebrado una ceremonia en la capilla. Al menos así se deduce de las imágenes subidas a la nueva página web de la comunidad clarisa de Belorado, en las que se ve a dos hombres en el altar, con hábitos religiosos y oficiando de espaldas a los feligreses.
Vecinos de Belorado han acudido a misa pero no han podido entrar a la iglesia. - Foto: Alberto RodrigoUna buena y estrecha relación. Los vecinos allí presentes han coincidido en subrayar la buena relación que mantienen con las religiosas del Monasterio de Santa Clara y la colaboración mutua que existe entre Belorado y las monjas, cuya presencia en la localidad defienden.
No obstante, sí han apuntado un cambio en su actitud en los últimos meses y también algunos problemas con residentes en el entorno por los ruidos que genera el criadero de perros de raza que han habilitado dentro del recinto.
Un conocido de las religiosas ha afirmado a la salida del convento que las hermanas se encuentran "acompañadas por familiares y amigos" y que están pasando unos momentos complicados en los que necesitan "paz y serenidad". También asegura que confían en no verse forzadas a abandonar el monasterio.