«Es la bomba. Obtener ADN de un fósil de hace 400.000 años es un sueño, una locura, algo impensable hace un año». Las palabras de Juan Luis Arsuaga, codirector del Equipo de Atapuerca y director científico del Museo de la Evolución Humana, remarcan la importancia de este nuevo hallazgo que será difícil de superar. Que un fósil tan antiguo conserve información genética vuelve a hacer de Atapuerca referencia mundial en el estudio de la evolución humana, haciéndose eco de ello la revista científica Nature, que acaba de publicar un artículo.
El Equipo de Atapuerca y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania ha conseguido secuenciar un genoma mitocondrial casi completo a partir del fósil de un fémur (el Fémur XIII)del yacimiento de la Sima de los Huesos. Hasta ahora solo se había conseguido obtener ADN con similar antigüedad en el suelo helado(premafrost), pero únicamente de animales. Así que el hallazgo que acaba de publicar Nature erige el ADN humano obtenido en la Sima de los Huesos como la secuencia más antigua.
«La Sima es un caso único porque es un yacimiento que se ha mantenido a una temperatura constante de entre 0 y 10 grados, no existe circulación de aire y se han conservado los fósiles en barro húmedo desde que se depositaron allí», apunta Arsuaga, una de las firmas del artículo. Por tanto, las condiciones de conservación de la Sima, aislado desde hace miles de años, ha permitido que se mantenga intacto. Sin embargo, ha llegado al laboratorio muy degradado por lo que es improbable que se pueda encontrar ADN anterior a los 400.000 años.
Hermanados con Siberia
Si sorprendente es conseguir ADN humano de hace 400.000 años, aún lo es más la información que aporta. Según las investigaciones del genoma mitocondrial, los heidelbergensis de la Sima de Atapuerca, especie que muestra una combinación de rasgos arcaicos junto con otros incipientemente neandertales, mantiene datos genéticos de los descendientes de las poblaciones que hace 700.000 años vivían en Euroasia, concretamente de los denisovanos (de Denísova), pobladores de Siberia.
Lo lógico hubiera sido que el ADN encontrado fuera de neandertal incipiente, como apuntan los datos morfológicos y defienden los investigadores. Sin embargo los datos genéticos dicen que el poblador de la Sima no tiene nada de neandertal. ¿Se han equivocado los científicos al analizar los rasgos morfológicos y lo que creían que eran denotaciones de neandertal, no lo eran? Arsuaga no cree esa hipótesis posible.
La explicación que da el codirector del Equipo de Atapuerca es un cruce de poblaciones:«Los denisovanos son descendientes de la vieja Europa, y los fósiles hallados en la Sima también. Lo que pasa es que en Europa hace 400.000 años (la época de este yacimiento de Atapuerca) estaban evolucionando los neandertales. Es un momento en el que se mezclan las poblaciones viejas y las que están empezando a evolucionar. Unas poblaciones son neandertales y otras no y, como entre ellas intercambian genes, puedes encontrarte morfología neandertal en la cara, por ejemplo, y en el ADNmitocondrial que solo se transmite por línea materna, genética denisovana». Este dato significaría que hace 400.000 años «convivieron» más de un linaje evolutivo.
Técnica pionera
El ADN mitocondrial humano tiene un tamaño de 16.000 pares de base que contienen un pequeño número de genes. Para obtener el genoma, el Equipo de Atapuerca y el de Matthias Meyer han conseguido juntar una cadena de 16.000 unidades trabajando con segmentos muy pequeños que han ido sumando. Conseguir eso requiere de una técnica y una capacidad a la que pocos laboratorios y científicos tienen acceso. El Instituto Max Planck posee los medios, pero quienes empezaron a desarrollar la técnica fueron los miembros del Equipo de Atapuerca.
«Hace un año no se podía hacer. En 2006 publicamos que en los fósiles de la Sima había segmentos ultracortos, pero hasta el año pasado no empezamos a trabajar para ensamblarlos con Matthias Meyer. Primero lo hicimos con un oso y dábamos las claves de cómo hacerlo. Una vez que la técnica nos dijo que podíamos trabajar con esos segmentos, lo siguiente era buscar en los fósiles humanos», añade Arsuaga.
Entonces se pusieron manos a la obra con el Fémur XIII y la imprescindible ayuda del instituto alemán: «No es que ellos sean mejores, sino que trabajan a otra escala. Por eso Meyer en el primer párrafo del artículo reconoce que fuimos nosotros los que planteamos la posibilidad».
Un récord imbatible
Tras la publicación del artículo en Nature los investigadores de todo el mundo tratarán de buscar ADN mitocondrial en «sus» fósiles. Pero alcanzar los 400.000 años de antigüedad será muy difícil:«No es fácil que se conserve ADN en esas cronologías, ni siquiera en suelo helado. Es un récord difícil de batir incluso para nosotros mismos».
Aún así, Arsuaga y el resto del Equipo siguen apostando por la Sima de los Huesos: «Estaría bien encontrar otro individuo con ADNen este yacimiento. Hay que ser optimistas moderados. No hace falta que obtengamos un genoma completo; se pueden sacar de otros individuos al menos fragmentos grandes con los que obtendríamos una mayor variabilidad y, por lo tanto, más datos».
Fuera del yacimiento de la Sima de los Huesos, como decíamos, parece complicado que el ADN pueda haberse conservado. Pero el investigador no descarta probar suerte con las moléculas que se puedan hallar en la Trinchera...