Tremendo susto el que se llevaron ayer al mediodía los trabajadores del restaurante Viena, ubicado en la calle Farmacéutico Obdulio Fernández. El fuego de una sartén pasó a la campana extractora y, pese a los intentos de los cocineros de apagarlo con dos extintores, el humo se extendió rápidamente y de forma incontrolable. «Es increíble como ardía, estábamos cuatro en la cocina y veíamos que no podíamos parar el humo», comentaba Gonzalo, responsable de este establecimiento, que rápidamente llamó al Centro de Emergencias 112 de Castilla y León para que acudieran hasta allí los bomberos.

No hubo que lamentar heridos, ya que todos los trabajadores del Viena salieron rápidamente a la calle, conscientes de lo peligroso que puede llegar a resultar el humo. Sin embargo, ahora preocupa cuándo podrá reabrir las puertas el negocio. «A ver cuándo volvemos a poner esto de pie. Trabajamos doce personas aquí y qué hago yo ahora con todos ellos...», explicaba el responsable del restaurante, que aún desconoce cuándo conseguirá poner de nuevo en funcionamiento el bar. Ahora llega el momento de analizar bien todos los daños que se han producido en el interior y ver qué obras se deben acometer para reabrirlo cuanto antes.

El incendio comenzó en la cocina sobre las 12.40 horas y rápidamente se avisó al 112, por lo que en el lugar se presentaron tanto los Bomberos de Burgos como la Policía Local y la Policía Nacional. No resultó tarea sencilla controlarlo debido a que estuvo saliendo durante más de una hora y media un denso humo del establecimiento. De hecho, por momentos parecía que iba a más y se llegó a analizar si también había quedado afectada alguna otra parte del edificio o algún local más del entorno.

Por otro lado, la Policía Local se encargó de cortar la carretera -e impedir el paso de vehículos- al estar el camión de los bomberos y los propios profesionales trabajando. El suceso generó bastante revuelo debido al fuerte olor, lo que alertó a unos cuantos vecinos, que acudieron hasta el lugar para saber lo que ocurría. Además, un buen número de clientes se acercaron hasta los trabajadores del local para animarles y darles su apoyo.

En la jornada de ayer tenían previstas unas 70 comidas y el comedor lleno, pero tuvieron que llamar de forma inmediata a los comensales para explicarles esta situación. «Es un problema, hemos tenido que avisar a todos y ahora se tienen que buscar la vida para ver dónde van a comer...», lamentaba el responsable de esta cafetería y restaurante. Además, comentaba que tenían grupos muy grandes y que a esas horas les iba a costar mucho localizar otro restaurante. Y por la tarde había partido del Burgos en El Plantío, por lo que perdieron un día de bastante caja. Ahora el objetivo pasa por poder reabrir lo antes posible y prestar de nuevo el servicio a todos los clientes.