Adif renovará la vía en Santa Olalla de Bureba

S.F.L.
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Redacta un proyecto que permitirá aumentar la velocidad en ese punto a 110 km/h, aunque se desconoce la inversión y la fecha para las obras

Punto de la línea donde se obliga a aminorar la velocidad. - Foto: GOOGLE STREET VIEW.

La drástica reducción de velocidad a 30 kilómetros por hora que los trenes que circulan por la línea Burgos-Miranda a la altura de Santa Olalla de Bureba han de realizar como consecuencia del mal estado de los desvíos, lo que comúnmente se conoce como las agujas, tendrá los días contados -o los años- según fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias. A pesar de que desconozcan la inversión y la fecha de inicio de la renovación de estas variantes, aseguran que «actualmente hay técnicos que trabajan en la redacción de un proyecto».

Las limitaciones históricas en la estación burebana son dos, una por cada sentido de la vía. La par (dirección Miranda) de una distancia de 40 metros y la impar (dirección Burgos) de 100, ambas con restricciones de velocidad a 30 cuando el paso hasta y a partir de dicho punto alcanza los 110 kilómetros por hora.

A algunos de los viajeros que frecuentan la línea les llama la atención especialmente las fechas de implantación de algunas de las limitaciones y la respuesta de los responsables. Uno de ellos incluso ha contactado con Adif con el fin de recibir una respuesta firme sobre la solución del problema, pero la única obtenida es que «se esté elaborando el proyecto para subsanar una deficiencia en la vía que lleva lustros», transmite a DB.

Un documento interno de Adif al que ha tenido acceso este periódico, señala las fechas concretas de implantación de las dos limitaciones: en la vía impar desde el 2 de enero de 2008 y en la par desde el 20 de agosto de 2010. Llevan por tanto en vigor 14 y 12 años sin que se haya puesto remedio. Fuentes de la empresa declaran que algunos trazados de la vía «no reciben el mantenimiento necesario porque las inversiones en este capítulo no han sido las que deberían, por lo que en los últimos tiempos el deterioro del trazado va a más. Las consecuencias son que el recorrido entre Burgos y Miranda de Ebro se encuentra delimitado de puntos con velocidades acotadas por problemas de conservación».

A día de hoy la situación persiste aunque empleados de Adif de la zona recuerdan que «hace algunos años los ingenieros de la compañía realizaron catas geológicas con idea de elaborar un proyecto de renovación de los desvíos, pero de momento nosotros particularmente no tenemos constancia de que sigan con ello o en que cajón quedó guardado». Los datos que el Administrador ha trasladado se reducen simplemente a que hay un plan de sustitución en marcha, pero no informan de si se ha destinado una cuantía económica para tal fin, ni de que en caso de que se haga algo, cuando comenzarán.

Empleados del Administrador explican que los problemas surgidos por el mal estado de las vías «resultan habituales y no tiene por qué convertirse en una amenaza». No obstante, el alto número de precauciones en la línea tan concentradas y el tiempo de permanencia de algunas de ellas «evidencian una clara falta de mantenimiento». La solución es sencilla. «Hay que sustituir los desvíos porque son muy antiguos y de un tipo obsoleto que ya no se utilizan, y colocar otros más actualizados que admiten incluso que los trenes circulen a una mayor velocidad», manifiestan.

Asimismo, dejan claro que las agujas se utilizan en trayectos de doble vía para «bloquear una de las líneas por motivos de mantenimiento u obras, y desviar a los ferrocarriles por la otra para que puedan continuar con el viaje. También para dejar paso a un convoy que circula a una velocidad superior. En definitiva, para agilizar y evitar maniobras en la estaciones», añaden.

Precauciones.

La documentación a la que ha accedido este periódico indica que desde el 16 de enero de 2014, momento en el que se registraban hasta 9 puntos con «precauciones» en el lenguaje técnico, «prácticamente todas ellas», a excepción del mal estado de los desvíos de Santa Olalla, se han resuelto. Los trenes se veían, y continúan, obligados a frenar bruscamente hasta circular a 30 kilómetros por hora, algo que ocurría en varios puntos cerca de Quintanapalla y junto a Briviesa. En Calzada de Bureba, aunque también quedaba reflejado el mal estado de la vía, la limitación no era tan severa y se quedaba en 60 kilómetros por hora.