Los Tedax retiran 4 kilos de un químico explosivo de la UBU

F.L.D. / Burgos
-

Los artificieros de la Policía Nacional acuden a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Burgos e intervienen, por orden de Interior, ácido pícrico, una sustancia peligrosa presente en los laboratorios de instituciones educativas

Los Tedax de la Policía Nacional se llevaron ayer, por orden de Interior, el ácido pícrico que había en los laboratorios, una sustancia explosiva y común con potencial para provocar accidentes. - Foto: Alberto Rodrigo

Un pequeño incidente en Galicia sirvió para activar las alarmas en las fuerzas y cuerpos de seguridad. El ácido pícrico, una sustancia química explosiva distribuida hace tres décadas en los centros educativos, comenzó a retirarse progresivamente por parte de los artificieros de la Policía Nacional y la Guardia Civil. En colaboración con institutos y universidades, el Ministerio del Interior dio orden de localizar los lugares en los que se encontrara este compuesto para proceder a su retirada y destrucción. Esta semana, los Tedax de Valladolid acudieron a la Facultad de Ciencias de la UBU y al Instituto Enrique Flórez para intervenirlo bajo notables medidas de seguridad. 

El trinitrofenol, conocido como ácido pícrico, es una sustancia química altamente explosiva que suele utilizarse para aumentar la carga detonadora de otros compuestos como el TNT. Habitualmente, este elemento era utilizado en la fabricación de artículos inflamables, como cerillas, en la industria militar o en la minería. Sin embargo, hace 30 años se distribuyó para los centros educativos para su experimentación en otros campos. 

En concreto, los laboratorios de muchas universidades e institutos de formación profesional los utilizaban para producir baterías, aplicación para fijar tejidos orgánicos de seres vivos, sintetizar tintes o trabajar en cuero. El problema, según fuentes consultadas por este periódico, es que el paso del tiempo lo hace muy peligroso. Tanto, que en los últimos tiempos ha habido incidentes que demostraban su inestabilidad. 

Para empezar, el ácido pícrico es muy tóxico por absorción cutánea, pero además presenta un grave riesgo de explosión cuando se agita o se calienta. Habitualmente se conserva en agua, pero pasados unos años se evapora y el químico termina por cristalizar, lo que incrementa el riesgo y lo torna inadecuado para su uso en los laboratorios. Sobre todo en los que se encontraba. 

Tras hacer un mapeo de los lugares en los que se encontraba este compuesto, la Policía Nacional dio orden a los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) de que acudiesen a retirarlos de manera progresiva. El pasado lunes acudieron al Instituto Enrique Flórez y ayer hicieron lo propio en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Burgos, donde estuvieron escoltados por una dotación del cuerpo de Bomberos, personal docente e investigador y una ambulancia en caso de que se produjese algún incidente (...).

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de este viernes o aquí)