El Museo de la Evolución Humana ha inaugurado hoy la exposición temporal 'La Sima de los Osos', en la Sala de Pieza Única, situada en la planta 1 del edificio. En esta exposición se muestra un cráneo de oso de más de 400.000 años y una magnífica escultura de un individuo adulto de la misma especie, antepasada de los osos de las cavernas. Ambas piezas están acompañadas de un audiovisual que narra la larga aventura que hubo que recorrer para que estos restos fósiles hayan llegado a nosotros.
La Sima de los Huesos es, sobre todo, la Sima de los Osos, ya que a lo largo del tiempo cayeron a ella muchos osos que hibernaban en la Cueva Mayor de Atapuerca. Gracias a la abundancia de fósiles de todas las partes esqueléticas se han podido llegar a conocer y a establecer los rasgos distintivos de la especie Ursus deningeri.
La Sala muestra también una original escultura de un ejemplar erguido sobre sus patas traseras, de gran fuerza plástica, realizada por Sonia Cabello, profesora de escultura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid y que ha sido concebida con un impecable rigor científico a partir del asesoramiento de las Doctoras Nuria García y Elena Santos.
Asimismo, por medio de un audiovisual realizado por Javier Trueba, los espectadores podrán acompañar a los investigadores en el camino hacia la Sima de los Huesos y contemplar, en su entorno, los vestigios dejados por los osos -zarpazos, camas-, así como el proceso de excavación y el trabajo de laboratorio de limpieza y estabilización de los fósiles; en suma, todo aquello que ha hecho posible que el cráneo haya llegado en magníficas condiciones.
Para visitantes más especializados o con curiosidad científica habrá explicaciones -sencillas pero rigurosas- de la estirpe de estos osos, de sus familiares más cercanos y del tronco del que proceden. Un breve espacio en el que se mostrarán los resultados de las líneas de investigación más recientes, como los obtenidos en biología molecular o los de determinación de rasgos para establecer los linajes de los distintos tipos de oso, fundamentalmente a partir de imágenes radiográficas (TAC).
Antecedentes de la exposición. En el año 1999, en el fondo de la Sima de los Huesos, a unos 500 metros de la entrada de Cueva Mayor, se descubrió un cráneo prácticamente completo de un Ursus deningeri, la especie de oso que habitaba en el Pleistoceno Medio en la Sierra de Atapuerca. El oso al que pertenecía este cráneo cayó al fondo de la Sima, como tantos otros, probablemente mientras, desorientado, buscaba la salida de la cueva al salir de la hibernación.
Esta especie de úrsido vivió en Europa y Asia en la época central de un periodo geológico conocido como Pleistoceno Medio. La mayor parte de su registro fósil se concentra entre hace unos 600.000 años y hace aproximadamente un cuarto de millón de años.
Los osos de las cavernas formaban una línea evolutiva paralela a la de los osos pardos, con los que compartían un antepasado común que existió hace más de un millón de años. En la estirpe de los osos de las cavernas se suceden tres especies: Ursus dolinensis (definida a partir de los fósiles de la Gran Dolina, Atapuerca), Ursus Deningeri y Ursus spelaeus (oso cavernario).
En esta secuencia evolutiva fue aumentando el tamaño del cuerpo y de la cabeza, y también el de los caninos y las muelas. El gigantesco oso de las cavernas sobrevivió a los neandertales y fue pintado por los artistas del Paleolítico superior, pero desapareció durante la última glaciación. Hoy solo habitan en Europa los osos pardos.
ADN e isótopos. En el año 2013 se publicó el genoma mitocondrial completo de un oso de la Sima de los Huesos de hace 430.000 años, el más antiguo recuperado de un oso en todo el mundo. Se trató de una proeza tecnológica porque el material genético se encontraba extremadamente degradado y hubo que reconstruir una secuencia larguísima de ADN a partir de segmentos ultracortos.
También se han realizado estudios de los isótopos estables del carbono y del oxígeno para conocer la ecología de estos osos, que ha resultado no ser muy diferente de la de los osos pardos actuales.
Ampliación del espacio dedicado a Ramón y Cajal. Asimismo, el Museo de la Evolución Humana ha ampliado su espacio dedicado al investigador y Premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal, que se puede visitar en la planta 0 del Museo, dedicada a la evolución biológica. Allí ya se podían ver láminas reproducidas a gran escala de dibujos realizados por el propio Ramón y Cajal e ilustraciones del sistema neuronal y sus células.
Ahora, además, una nueva vitrina exhibe un microscopio idéntico al que utilizó Ramón y Cajal (marca C Verick) y un facsímil que recoge memorias publicadas por el científico cuando perteneció a la Real Sociedad Española de Historia Natural.