Bañuelos de Bureba alerta de una nueva plaga de topillos

S.F.L. / Bañuelos de Bureba
-

El roedor que atacó los campos burebanos hace años vuelve a estar presente. Se cuentan por decenas los que aparecen muertos en las calles y hay sospechas de que un vecino se ha contagiado de tularemia

Madriguera en medio de un trigal. - Foto: S.F.L.

La pequeña localidad de Bañuelos de Bureba vuelve a estar en la zona cero de los topillos años después de que una plaga dañara parte de los cultivos. En esta ocasión, la situación «parece más crítica que entonces», confirma a este periódico el agricultor y alcalde, José Manuel Díez, y los roedores muertos llegan a contarse por decenas a diario en las calles más céntricas. 

Tal es el volumen de población que los gatos amontonan a los ejemplares que cazan, los cuales han perdido el miedo al ser humano y campan a sus anchas por el pueblo y por las tierras de cultivo. No obstante, los vecinos perciben un comportamiento diferente de los animales ya que la «gran mayoría de ellos se encuentran en un estado de aletargo». 

Ante los riesgos de salud -y las pérdidas en el campo- que pueden llegar a provocar, desde el municipio han expuesto el caso a la Junta de Castilla y León. Un ciudadano acaba de recuperarse tras permanecer diez días sin apenas moverse de casa como consecuencia de una fiebre alta. La temperatura corporal no bajaba de los 39 grados y a pesar de que el médico que le ha tratado le recomendó acudir al hospital, este se negó. «Me comentó que bebió de una fuente y que su perro jugaba con los topillos por los caminos», expone Díez, que al igual que el enfermo, sospecha que «los síntomas que ha padecido coinciden con los de un contagiado por tularemia». Los chequeos médicos a los que el damnificado se ha sometido -solo en el centro de salud y nunca en un hospital- no han revelado que se trate de un caso de la enfermedad bacteriana. Si bien, esta se transmite a los humanos por contacto con tejidos de animales infectados o por medio de garrapatas, picadura de moscas y mosquitos. 

Desde el Ayuntamiento han tomado las medidas existentes a su alcance desbrozando la vegetación que rodea los depósitos del agua con el fin de evitar que el lugar se convierta en las madrigueras de los roedores y alguno pueda caer al interior. La actual estrategia de la Junta se apoya en las «recomendaciones de los científicos», aclara el regidor, y apuesta por regenerar espacios de vegetación natural para favorecer a los depredadores terrestres, así como por la instalación de cajas nido con aves que se alimentan de estos animales. Por el momento, en Bañuelos no han llegado a tomar más deci