Dos años de cárcel por un accidente mortal en Aranda

I.M.L.
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La sentencia reconoce que el conductor del vehículo que impactó con el de la fallecida, Lucía del Mazo, había bebido, iba sin luces y a una velocidad indebida para esa vía, desplazando el coche 86 metros

Este es el estado en el que quedó el coche de la víctima después de ser embestido por el del acusado. - Foto: DB

El Juzgado de lo Penal número 2 de Burgos ha sentenciado a dos años de cárcel a J.M.A. por encontrarle culpable de dos delitos contra la seguridad vial, que trajeron aparejados un delito de homicidio por imprudencia grave y dos delitos de lesiones. Los hechos se remontan a la madrugada del domingo 18 de febrero de 2018, cuando el vehículo que conducía el acusado, un todoterreno Porche Cayenne, embistió a la altura del número 72 de la avenida Castilla de Aranda de Duero a un Renault Megane en el que viajaba Lucía del Mazo Puertas, que falleció, junto a su marido y su hija de dos años. La fuerza del impacto fue tal que, como relata la propia sentencia, causó «un desplazamiento de 86 metros al citado Renault Megane hasta que colisionó con un árbol sito en la mediana y con una señal de tráfico» mientras que el coche que conducía el acusado «se desvió hacia la derecha como consecuencia del impacto, atravesó el carril bici y se subió a la mediana ajardinada por la que se desplazo hasta colisionar con una farola».

El Juzgado considera culpable al acusado porque «tenía mermadas sus facultades psicofísicas» ya que conducía «bajo los efectos de una ingestión alcohólica precedente». De hecho, minutos después del accidente el resultado de la prueba de alcoholemia arrojo 0,88 mg/l de alcohol por litro de aire espirado. La sentencia añade a esta circunstancia que el acusado circulaba «sin alumbrado, a una velocidad no determinada muy superior a la autorizada en la vía por la que lo hacía (30 km/h) y completamente desatento a las circunstancias del tráfico».

La víctima, Lucía del Mazo Puertas, tenía 22 años en el momento del accidente y venía de cenar con su marido y unos amigos, regresando con la hija de ambos a su residencia en la cercana localidad de Riaza.

A la hora de dictarse la sentencia, el tribunal tuvo en cuenta que el acusado había abonado 60.000 euros a mayores de la responsabilidad civil que le correspondiese, calificando este gesto como «un esfuerzo reparador importante que debe ser valorado (...)».

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