Que esto no sea Vigo no quiere decir que la iluminación de la Navidad no levante expectación, aunque sea  para criticarla. Acuérdense de los 'virus' que colgaban de la calle Santander en el año de la pandemia o de las estrellas de plástico y escasamente iluminadas que marcaron ediciones anteriores. Esta vez hay más elementos sobre los que pronunciarse y, como se han colocado en dos fases, este viernes toca que se fijen en los cuatro elementos de grandes dimensiones que, como el regalo a medio caer que sujetaba la Casa Consistorial otras veces, servirán para iniciar alguna que otra conversación.

Lo que sabemos a falta de que entre en pleno funcionamiento es que el elemento «sorpresa» que anunció la concejala de Festejos, Blanca Carpintero, para el paseo de Atapuerca es un carrusel, un tiovivo o una caseta de feria con rosetones y ventanales góticos que bien pueden aludir a una catedral. El martes estuvo encendido algunas horas para probar su correcta iluminación, al menos exterior. Porque en la presentación, la concejala del PSOE también dijo que incluye un espectáculo que se verá por primera vez en nuestra ciudad.

En la Plaza Mayor se ultimaba ayer la colocación de una esfera azul gigante, al igual que el Nacimiento frente a la iglesia de La Real y Antigua de Gamonal. Y también andaban enchufando la Navidad en el Espolón, con ese túnel que permitirá recorrer el paseo como si fuera de día entre las seis y las doce de noche de domingo a jueves y hasta las 3 de la madrugada los viernes, sábados y vísperas de fiesta.

Polémica política. La iluminación navideña que debe encenderse este viernes ha sido también objeto de rifi rafe entre el equipo de Gobierno y la oposición. El lunes, la concejala del PPCarolina Blasco aseguraba que montar estos elementos antes del día 28 era ilegal, porque debían respetarse los plazos de posibles alegaciones.

Ayer el vicealcalde, Vicente Marañón, se preguntaba si lo que la oposición quería era «secuestrar a los burgaleses una vez más y dejarla sin iluminación navideña»: «¿Dónde está el límite? ¿Ya no respetamos la iluminación navideña, ni lo menores de edad puede ir a aprender inglés, no puede haber conciertos de música, no puede haber fuegos artificiales? Esta política de amenaza constante, de ilegalidad... Gobernar no es ilegal, señora Blasco», afirmó.