Los vecinos de San Pedro y San Felices se consideran abandonados por el Ayuntamiento y sienten que sus reivindicaciones llevan años cayendo en saco roto y su voz tampoco es tenida en cuenta en la Junta de Distrito Sur. Desde hace meses el asfalto de la carretera de Arcos, la principal arteria del barrio, se está haciendo añicos y los coches y autobuses que transitan por ella pueden sufrir un percance al quedar las ruedas atascadas en los baches. Además, es una vía que toman muchas personas para desplazarse al polígono industrial de Villagonzalo Pedernales.
No entienden que se gastaran 700.000 euros en el arreglo del final de la calle, donde se construyó una isleta para permitir el giro del autobús, se acondicionó el aparcamiento y se arregló la acera en desnivel que hay junto a un edificio con tres portales de viviendas y varias lonjas. «Pensábamos que cuando hicieron la obra iban a asfaltar la calzada hasta la glorieta que confluye con la calle Hermano Rafael, pero nuestra sorpresa fue cuando dejaron la calzada igual», indicó Miguel Sendino, representante del barrio en la Junta de Distrito Sur.
Paralelamente, los vecinos del número 83 no están conformes con la remodelación de la acera, dado que la intervención ha creado un desnivel que hace que el agua de la lluvia entre constantemente en el portal. «El portal está completamente mojado y es un problema para los vecinos, que se pueden resbalar. No creo que sea difícil buscar una solución», añadió.
También en este tramo final del barrio reclaman que se derribe otra de las casas en ruina por el riesgo que supone para las personas que pasen por esta zona. A ello se añade la larga reclamación de construir una senda peatonal debido a que los residentes en el entorno deben caminar por la calzada con el riesgo de ser arrollados por los coches que circulan a gran velocidad. «No pedimos una acera, pero sí un camino seguro. Además, reclamamos la instalación de farolas, ya que por la noche no se ve absolutamente nada. Los vecinos que viven ahí también pagan sus impuestos».
Otra de las tradicionales demandas es el asfaltado de la calle Lope Gemeno, que es perpendicular a la carretera de Arcos, y que es un auténtico barrizal, además de contar con una gran pendiente que impide el acceso a cualquier vehículo. De hecho, en el Pleno de septiembre una vecina con problemas de movilidad reclamó una actuación para mejorar la accesibilidad. «No es una solución fácil, pero por lo menos habrá que intentarlo».
Campo de fútbol y parque. Paralelamente, reclaman que se adecente el campo de fútbol que linda con la calle Hermano Rafael para que los jóvenes del barrio puedan jugar. «Tampoco cuesta tanto arreglar el terreno y poner unas porterías para contar con una zona deportiva en el barrio», añadió.
Además, urgen más mantenimiento del parque de San Isidro, dado que se encuentra lleno de hierbas y pintadas vandálicas. «Está totalmente abandonado», apuntó, al tiempo que reclamó una salida a la calle Ávila con el final de la calle Madrid. El barrio solo ha logrado, tras años de lucha, que se derribe la antigua Mifer. Un cartel anuncia la construcción de pisos.