¿Están llegando los fondos europeos a las empresas burgalesas? Sí, pero en mucha menor cantidad de lo esperado, sobre todo entre la pequeña y mediana empresa, y con un impacto en la economía local aún «muy limitado». La razón es muy sencilla: Europa no regala millones de euros así como así, exige unas condiciones «cada vez más estrictas y difíciles de cumplir» para la mayoría, los plazos de solicitud son «muy cortos», el engranaje público-privado para su gestión es «lento y farragoso» y no hay tiempo ni profesionales especializados en las plantillas para asumir la enorme carga administrativa que supone optar a los Next Generation, el mayor desembolso de dinero público de la historia.

En el último año, según los datos de campo que manejan desde la Cámara de Burgos, ha aumentado significativamente el conocimiento de estos fondos entre las pymes y el número de las que saben acceder a las diferentes líneas de ayuda a través de las herramientas digitales, muchas de ellas gestionadas por las entidades financieras, que cuentan, a su vez, con una red de asesores, gestorías y consultoras para tramitar las ayudas.
Pese a la mejora del conocimiento, la Cámara estima que apenas un 20% de las empresas de entre 10 y 99 empleados que pueden solicitar ayudas a Europa lo han hecho y, lo que es más preocupante, se constata que existe un escepticismo generalizado entre el empresariado respecto a la capacidad de estos fondos para transformar y modernizar el tejido productivo español y, por extensión, el burgalés.

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