Los restos de muros de casas medievales y de los silos en los que se guardaba el grano aparecidos durante las excavaciones arqueológicas realizadas en San Esteban se conservarán y no se ocultarán con tierra una vez que se han documentado. Ello obligará al Ayuntamiento a buscar en el entorno otra ubicación para los nuevos contenedores soterrados.
La Comisión Territorial de Patrimonio reunida ayer adoptó esta decisión tras conocer el informe remitido por la arqueóloga Fabiola Monzón sobre el valor de los hallazgos, que ponía sobre la mesa la opción de no continuar adelante con la obra prevista. No obstante, desde el propio Ayuntamiento ya se había planteado esta posibilidad, de modo que todas las partes implicadas eran favorables a preservar los testimonios de la ciudad medieval. Ahora toca encontrar otro emplazamiento para los contenedores, dado que los residentes en la zona alta deben contar con un servicio de recogida de residuos. Esta mañana los concejales de Medio Ambiente, Carlos Niño, y de Urbanismo, Juan Manuel Manso, visitarán la zona y darán más detalles sobre la actuaciones a realizar.
Cabe recordar que a mediados del mes pasado se iniciaron las excavaciones arqueológicas, que son obligatorias para cualquier actuación en el Casco Histórico y empezaron a observarse muros de las antiguas casas. Ya se sabía de su existencia por otras prospección en 2011 para instalar los contenedores soterrados pero a medida que se iban quitando capas se vieron que los restos eran de mayor entidad de lo que se pensaba.
A ello se añadió el descubrimiento de media docena de silos en los que se guardaba el grano, que son habituales en el entorno (también afloraron en las obras de la Llana de Afuera, Solar del Cid o San Martín), pero no de esas dimensiones tan grandes (dos metros de profundidad y 1,8 metros de ancho). La teoría de Fabiola Monzón es que podrían corresponderse a los lugares donde los responsables del cabildo de la iglesia de San Esteban (situada frente a la excavación) podrían guardar los diezmos que cobraban.
Los silos se taparían con cerámica hacia el siglo XIII y están junto a una construcción que se cree que pudo ser un tipo de sótano o alhóndiga. También se han recuperado restos del pavimento que podrían estar relacionados con alguna de las calles transversales del barrio. Según detalló la arqueóloga en julio, en este nivel ha aparecido un espacio de actividad artesanal con pileta y suelos de yeso cuya función se desconoce por el momento. Y en la parte más moderna del siglo XVI se han obtenido construcciones de muros.
También añadió que frente a la iglesia de San Esteban existía el denominado Corral de los Abades compuesto por un patio con casas aledañas donde se guardaron los diezmos hasta el siglo XVI. Sin duda, es uno de los barrios más antiguos de la ciudad y en él residía la burguesía. Hubo casas hasta la Guerra de la Independencia y muchas se destruyeron con la voladura del Castillo. De hecho, en la excavación se han encontrado algunas balas. Al parecer, del Corral de los Abades no existen referencias escritas, de modo que el estudio de los restos encontrados aportará nueva información.
El equipo municipal de Gobierno será el que determine cómo se conservarán estos restos y se pondrán en valor de cara a que puedan ser visitados.
La renovación de los contenedores soterrados fue adjudicada a a la empresa Herrero Temiño por 1.203.747 euros y un plazo de ejecución de seis meses. Urge la terminación de la obra a finales de este año al contar con financiación de fondos europeos (250.000 euros). El proyecto ya contemplaba la realización de los trabajos arqueológicos en diferentes puntos por estar afectados por el Plan Especial del Centro Histórico (PECH) con el objetivo de aflorar el grado de conservación de las evidencias y la entidad de las mismas y poder plantear cualquier medida correctora que se considere necesaria. Ahora los previstos en San Esteban se trasladarán de ubicación.