La Concejalía de Medio Ambiente ya tiene en su poder el balance de los daños que las borrascas del pasado fin de semana han causado en la masa arbórea de la ciudad. Los fuertes rachas de viento, que alcanzaron los 96 kilómetros por hora, causaron 114 incidencias que se han saldado con la tala de 55 árboles en diferentes puntos de la capital. Nos obstante, está prevista su reposición por otras especies más adecuadas.
Y es que en muchos casos, especialmente en el paseo de la Quinta o en el parque lineal del Vena, se trata de chopos de producción de madera que han superado con creces su vida útil y han alcanzado un gran porte que hace peligrar su estabilidad. A ello se añade que las borrascas han coincidido con un momento en el que estaban a rebosar de hojas, lo que ha tenido un efecto claramente negativo. «Hemos tenido el inconveniente de que las hojas se han caído más tarde y el efecto vela es diferente y que la tierra estuviera mojada», lamentó el concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño.
También han sufrido los efectos del viento otras especies como acacias, olmos, sauces o árbol del paraíso plantadas en alcorques, lo que hace que sus raíces sean menos profundas. Las podas realizadas en algunas especies han contribuido a debilitar algunos ejemplares.
Niño avanza que se replantarán estos árboles talados pero se apostará por otras especies más adecuadas al emplazamiento. Paralelamente, se seguirá vigilando el paseo de la Quinta, donde la empresa Jardines de Burgos, dentro del contrato con el Ayuntamiento, ha saneado medio centenar de copas de chopos y se han talado más de una docena de ejemplares. «Hay un informe sobre el estado del arbolado de este paseo y es en el que más urge actuar debido a que se trata de una zona muy transitada. Se actuará de forma progresiva y se irán reponiendo», añadió, al tiempo que avanzó que también se está revisando el de Fuentes Blancas.
Paralelamente, se irá peinando la ciudad para comprobar el estado del arbolado y talar aquellos cuyo ciclo de vida haya concluido y no tengan valor ecológico. «Debemos ir talando aquellos que supongan un riesgo. Tenemos que aprender de lo que ha pasado aunque el riesgo cero no existe», añadió.
En las zonas con mayor masa arbórea se dejarán algunos ejemplares secos para favorecer la biodiversidad, dado que anidan aves o insectos que ayudan en el control de las plagas. No obstante, desde la Concejalía de Medio Ambiente restan importancia a las consecuencias del temporal, a pesar de ser aparatosas y tener que movilizar muchos recursos, dado que en la ciudad hay 40.000 árboles.