Siempre impresiona el desfiladero de Pancorbo, sus formas sinuosas, sus imponentes farallones por donde sobrevuelan aves formidables y grandiosas. Es el territorio que dominan el búho real, el águila perdicera, el alimoche, el buitre... Especies protegidas que también anidan en este paso de los Montes Obarenes y que podrían estar ahora en riesgo. Así lo aseguran ornitólogos, naturalistas y vecinos del entorno, que se muestran contrarios a la instalación en este enclave natural de una vía ferrata impulsada por la Diputación de Burgos. Los operarios encargados de montar la infraestructura llevan días afanados en ello, y ya se puede ver perfectamente un paso voladizo de 55 metros que separa unas peñas de otras y cuyo itinerario continúa en ascenso vertical durante otro buen tramo hasta trazar seis retos en otros tantos itinerarios por la zona. Si el deporte de aventura está de enhorabuena, no sucede lo mismo con las aves que moran entre los riscos.De hecho, a escasos metros de esta infraestructura, anida al alimoche, especie protegida. «Las aves se van a ver afectadas. Esto es una barbaridad», asegura Javier Ortiz, vecino de Pancorbo, fotógrafo y experto en aves. «Habiendo como hay infinidad de localizaciones no entendemos por qué se está haciendo esta aquí, en un lugar tan sensible.Y nos consta que existe un informe negativo de un técnico de la Junta de Castilla yLeón. Está prohibido instalarlo a estas distancias», asegura.
Constituye además, a su entender, una contradicción que se esté realizando esta instalación con fondos europeos cuando este enclave de Pancorbo forma parte de la Red Natura 2000, red ecológica de la Unión Europea que lo considera área de conservación de la biodiversidad, amén de que muchas de las especies afectadas están protegidas y una actuación así se considera que las pone en serio riesgo. Recuerda Ortiz un caso de vía ferrata que se instaló hace unos años en tierras de Lara y que un juez ordenó desmontar un año después porque tenía también enorme impacto en la zona. «Nos gustaría que no hubiera que llegar a ese extremo y que se paralice la instalación. Pero no descartamos denunciarlo a un juzgado», apostilla.
Rafa Ventosa y Félix Martínez, de la AsociaciónBonelli, que vela por la conservación de las aves, tiene claro que este proyecto es un despropósito, e insisten en que el entorno de Pancorbo es especialmente singular y propicio para especies protegidas y muy importantes para el ecosistema. «Son muchas las especies que allí anidan y están protegidas. Ahí hay una buitrera importante de buitre leonado; están criando los alimoches, el búho real, las chovas, el halcón peregrino... Y algunas más pequeñas como el roquero solitario, la grajilla (que en Burgos es muy escasa), el vencejo real. Hay muchísimas especies. La vía ferrata no solamente molesta en el sitio donde está, sino que la afluencia de gente puede incordiar la incubación, incordiar el proceso de cría de esas especies.Y es un territorio en el que a veces puede verse al quebrantahuesos», apuntan.
Tienen claro que, de seguir adelante, esto va a afectar de forma notable a tan particular ecosistema, y que podría haber especies que abandonaran este enclave en busca de un lugar más tranquilo. «Lo que nos llama la atención es que se haya autorizado algo así. Puede haber otras rocas en las que sólo hay buitres, por ejemplo.No sabemos si los que han hecho el estudio ambiental han puesto mucho empeño, pero no lo parece».
Coinciden ambos en que existe mucho desconocimiento por parte de los municipios en los que se desarrollan este tipo de infraestructuras respecto del retorno económico que tiene. Los usuarios de las vías ferratas tienen un perfil muy concreto, que está alejado del visitante que llega a disfrutar de la oferta deportiva y deja dinero en el pueblo de turno. Más al contrario, suele moverse en autocaravanas y pocas veces consumen allá donde van porque lo llevan todo consigo.«Sería importante que se hicieran estudios serios al respecto, porque creemos que están muy equivocados», rematan.